La Tribuna del Paseo | Pensar en global o cómo engrandecer Almuñécar en Semana Santa


“El arte se puso al servicio de la fe desde antes que naciera el catolicismo y, desde entonces, el arte ha metido más almas en el cielo que todas las homilías juntas. A los granadinos nos encanta el debate, quizá porque somos la patria de las tertulias, pero por una vez bastaría con que hablara el silencio. Acepto el argumento acerca del detrimento que puede vivir una hermandad, pero el problema desde hace siglos de nuestro mundo cofrade es que jamás pensamos en global, jamás entendimos que esto es cosa de una ciudad entera, no de 32 grupúsculos que hacen las cosas por su cuenta”. 

Así de tajante sentenció en su programa “Quinto Evangelio” el reconocido cofrade granadino David Jiménez Muriel, pregonero de la Semana Santa de Almuñécar 2014, lo vivido durante el Vía Crucis Oficial de la ciudad de la Alhambra 2024. Yo quisiera hacer mías estas sabias palabras y proponer un modo de aplicarlas en Almuñécar, pero antes vamos a poner en contexto esta reflexión. 

Verán: para celebrar dicho Vía Crucis, dos hermandades señeras pero no muy populosas deslumbraron a los tristes que paseaban por la Acera del Darro, derrochando granadinismo y demostrando a toda Andalucía que ésta también es cuna, santo y seña de la Semana Santa, pue dos de las grandes obras del barroco español –y aquí viene lo importante- de distintas Cofradías, el Cristo de la Misericordia (Silencio) y Ntra. Sra. de la Soledad en el Calvario, formaron un misterio que sobrecogió e impactó a todos los espectadores, desde el que se apostó un rato antes para estar en primera fila hasta el que pasaba por allí de despedida de soltero. Ahora es tiempo de reflexión: ¿Aporta más a la Semana Santa este excepcional misterio que cada Cofradía por separado? La respuesta es tan clara que no seré yo quien la conteste.

Cuando se piensa en global, gana la ciudad y, por tanto, ganamos todos, aunque se deje algo atrás. Cuando se piensa en individual, pierde la ciudad y el grupo, en realidad, no aporta nada -o no todo lo que podría-.

¿De verdad aporta algo a nuestra Semana Santa la salida del “Despojao” y la Salud desde El Salvador, teniendo que avanzar por las calles del Barrio del Salvador, digo del P4? ¿No es más favorable para nuestra Semana Santa evitar que unos pasos tan pequeños se pierdan por unas calles tan anchas y discurran únicamente por el centro y Casco Antiguo, que es para lo que está pensada esa Hermandad? 

¿Fomenta la devoción al Señor de la Oración en el Huerto y al Cristo de la Expiración que estén alejados en un barrio vacacional, en una iglesia con horario de apertura reducido frecuentada por “forasteros”? ¿No cabe una imagen histórica como el Silencio en La Encarnación y otra moderna como el Huerto, con un trono grande que sí llena calles anchas, en el Salvador?

¿No merecería la pena que el Cristo del Descendimiento y Santa María del Alba realizaran su traslado a la Parroquia en Vía Crucis, proponiendo a los fieles sexitanos un encuentro de oración durante la Cuaresma? Esta Cofradía ya demostró sobradamente con la recuperación del Cristo de Castillo, que saben imprimir en la calle la seriedad y el recogimiento que requieren este tipo de actos cofrades.

¿Revaloriza nuestra Semana Santa que, el día que más gente sube a San Sebastián y puede contemplar su Ermita (vecinos y visitantes a los que hay que mostrar lo mejor de nuestro pueblo), ésta esté oculta tras una carpa cuya estructura afea y dificulta la visión de este bonito monumento todo el año? ¿O pondría más en valor si cabe, que esa misma carpa se montara en la Plaza de la Santa Cruz, haciendo que la Virgen de San Sebastián recorra un trocito más de su barrio sin las tortuosas maniobras para salir de la maltrecha plazoleta?

Una visión global implica el diálogo y entendimiento entre Hermandades, Agrupación de Cofradías, Parroquia y Ayuntamiento, y creo que nunca se han dado unas circunstancias tan oportunas para ello como las que estamos viviendo. Probablemente tampoco se vayan a dar en otro momento de la historia (o de la historia que nosotros vivamos). Tenemos unas Cofradías con las ideas claras, un presidente de la Agrupación de talante conciliador y reflexivo, un párroco al que le gusta la Semana Santa y varios concejales, liderados por el alcalde, que son cofrades.

Pensemos en global. Compartiendo mi reflexión, una parte de ella o ninguna. Pero si dirigimos nuestra energía a pensar cómo engrandecer Almuñécar en Semana Santa, sólo podremos hacer cosas maravillosas.


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