Como el Quinto Misterio Gozoso, que cuenta la historia de aquel Niño Jesús que con tan sólo 12 años se pierde y es encontrado por sus padres en un Templo enseñando a los maestros, quienes quedaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas
Así es el Cristo de Almuñécar, perdido en la Guerra Civil y hallado en el Museo de Bellas Artes de Granada, dándonos respuestas a preguntas históricas y artísticas de nuestro pueblo. Un descubrimiento similar al de América: ¿es que América no existía antes de descubrirla? Sí, pero nosotros no lo sabíamos. Pues igual con el Cristo, en dicho museo desde 1958, pero no fue hasta 2020 cuando nos dimos cuenta de que estaba allí.
En julio de 1937, el Gobierno Militar de Granada elabora un informe donde se recogen todas las pérdidas patrimoniales de la provincia de Granada durante la contienda, y es ahí donde conocemos su existencia entre otras piezas destruidas de nuestro pueblo: “De los tres grandes crucificados que se veneraban en la sacristía, pila bautismal y brazo izquierdo del crucero, sólo se han encontrado la cabeza de uno, recogida de entre un montón de leña, y el brazo de otro, que lo revela como obra segura del taller de Pablo de Rojas”.
Y hasta aquí las noticias. ¿Dónde estaría la cabeza de este Cristo? ¿Y el brazo del otro? ¿Y el Niño Jesús de Escuela Sevillana del S.XVII? Piezas salvadas de la Guerra según el informe y en paradero desconocido… hasta que justo antes de la pandemia “descubrimos” la cabeza, y no andaba muy lejos. He de admitir que nos sentimos un poco Cristóbal Colón cuando dimos con él, como el que va a por cobre y encuentra oro. Llegó un ejemplar a la Asociación Cultural Cruz Alhambra del periódico Ideal, que ese día recogía una exposición de piezas inéditas del Museo. Piezas que normalmente no están expuestas y que ahora verían la luz… ¡bingo! Ahí estaba, fotografiado en una urna de cristal y en el blanco y negro de un diario que quiso destacarlo pero no mucho.
Hasta allí llegó un socio que, poniendo en peligro su nómina intacta antecedentes penales (estaba prohibido hacer fotografías), sacó el móvil y consiguió una instantánea de cerca y en color. ¡Qué locura! Nos pareció una aventura emocionante, aunque si hubiéramos sabido que el Cristo volvería a estar expuesto y se podría fotografiar, hubiéramos practicado la Santa paciencia sin montar operaciones especiales casi delictivas.
Hoy quiero mostraros a este Cristo sexitano del S.XVII atribuido al taller de Pablo de Rojas. Cuando en su día nos pusimos en contacto con el Museo, nos explicaron que, debido al tipo de corte limpio y recto que se observa, probablemente hubiera sido decapitada con un hachazo. ¿Es este Crucificado el famoso Cristo del Rescate original? ¿O el primitivo Cristo de la Vera Cruz? No lo sabemos. Lo más probable, por su pequeño tamaño, es que fuera el de la Sacristía o la Capilla Bautismal, como se menciona en el informe.
Una pieza de gran valor que puede ser disfrutada por cuantos amantes del arte visiten el Museo… extirpada a nuestro pueblo. ¿No debería volver al lugar que pertenece, donde numerosas generaciones le veneraron antaño?