La Columna de Don Juan León | Y ahora, ¿qué enseño yo?


Han introducido las Matemáticas inclusivas con un sentido socioafectivo para ayudar a los alumnos a gestionar sus sentimientos. Antes, obviamente, no se gozaba de esta integradora fórmula o didáctica herramienta y de ahí parte el fracaso escolar. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta?

¡Vivan las ‘caenas’! Con esta expresión el pueblo de Cádiz ‘abrazaba’ la llegada del Borbón de turno, Fernando VII “el Deseado”, quien juró la Constitución de 1812, llamada “La Pepa” porque vio la luz el día de San José (19 de marzo). Pronto olvidó sus promesas este malandrín y siniestro personaje y en plena Década Absolutista (1823 – 1833) abolió la libertad de imprenta y cerró las Universidades. Cuando un grupo de profesores y hombres doctos se dirigían al rey lo hacían de esta guisa: “Lejos de nosotros, Señor, la funesta manía del pensar… “.     

Y en esas estamos, ya que parece ser que el cavilar o razonar en estos tiempos que corren se convierte en una laboriosa misión o tarea, ardua y harto difícil. 

Consternado me hallo. Oigo, leo, observo, contemplo, ausculto y examino las directrices y doctrinas que nuestros más ilustres talentos van esparciendo por esta vieja piel de toro que nos vio nacer y me proclamo filibustero, pirata o bucanero de allende los mares, proclamando a la rosa de los vientos desde el palo mayor o desde la génova de mi nao: “¡Toda una vida tirada por la borda!”. Maleducando a mis hijos y a los tiernos infantes que han pasado por mis manos; inmerso en la más absoluta de las ignorancias; imbuido por los más negros y rancios ideales pedagógicos; y obcecado en desarrollar las arcaicas y ponzoñosas potencias del alma (memoria, entendimiento y voluntad). ¡Todo falso, todo huero, todo inútil! Solo me queda entonar contrito el ‘mea culpa’; purgar disciplinado mis desatinos, recibiendo manso y humilde el ‘reciclaje’ que convengan sus bienhadadas omnisciencias; aceptar y cumplir benigno la penitencia que me fuera impuesta; o implorar la paz o amnistía árabe conocida como ‘amán’… ¡Amén!

            Si en el simple plano de la comunicación uno siempre ha tratado, por ejemplo, que los discentes aprendan correctamente aquello de la ortología, ortografía, morfología, sintaxis y semántica, ¿en qué queda esta labor si el demiurgo de turno, esa divina ‘figura filosófica’ creadora del mundo, viene a afirmar ante unos escolares: “En una democracia avanzada lo peor es dar una batalla por las palabras y los conceptos”? ¿La anarquía a la Academia? ¿La vanilocuencia al poder?

            ¿Dictados? ¿Prefijos y sufijos? ¿Conjugaciones verbales? ¿Se recortan los análisis morfológicos y sintácticos? Por Dios, ¿qué son esas sandeces? ¡Fuera!

            Pero, no se preocupen, se compensan estas carencias con el compromiso de los alumnos con el desarrollo sostenible, la defensa de los derechos humanos y la convivencia inclusiva, igualitaria, pacífica y democrática. ¿Cómo se han ‘quedao’?

            Para mí se trata, simplemente, de ‘seseras agujereadas’, como si de la capa de ozono se tratase. Alceo de Mitilene escribió: “Quien habla todo lo que le place, ha de escuchar lo que no le place”. Que se apliquen este pensamiento o el de Jean-Paul Marat: “Siempre una obediencia ciega supone una ignorancia extrema”.

            Pasen por las ‘mates’ y disfruten: ¿Regla de tres? ¿Números romanos? ¿Mínimo común denominador? Más parvedad, ¿y qué? 

Han introducido las Matemáticas inclusivas con un sentido socioafectivo para ayudar a los alumnos a gestionar sus sentimientos. Antes, obviamente, no se gozaba de esta integradora fórmula o didáctica herramienta y de ahí parte el fracaso escolar. ¿Cómo no nos habíamos dado cuenta?

            Dentro de las Ciencias Sociales y Conocimiento del Medio se ha intentado transmitir el concepto de España, su origen, valor y el amor que debemos profesarle, pero ahora resulta que ‘nequaquam napias’ (nada de nada). La Historia… ¡precintada!; la Geografía… ¡mutilada!; y ni Reyes Católicos, ni división político -administrativa, ni gaitas. Ahora se hace necesario empoderar al alumno como agente del cambio eco-social. ¡Qué preclara exposición! Así da gusto.

            ¿Ejemplos? ¡Los que quieran!: 

            El Ebro recorre 930 km antes de verter sus aguas en el Mediterráneo y es el más caudaloso de España. Después del Nilo, y siempre refiriéndonos al Mare Nostrum, es el segundo en longitud. Recorre las provincias de Cantabria, Palencia, Burgos, La Rioja, Álava, Navarra, Zaragoza, y Huesca. Ahí me quedo, porque al entrar en la Comunidad Catalana ya será un riachuelo que discurra por Lleida y Tarragona y deje sus ‘agüillas’ en un famoso delta. Hay que dejar claro que la memorización ya se considera un lastre y contamos con las excelencias de un aprendizaje aplicado y cercano a los jóvenes.

            La ‘Conquista de América’ o la ‘Revolución Francesa’ ya no ‘caben’ en los contenidos. Ahora cobran relevancia ‘política’ la marginación, la segregación o el control y la sumisión de la humanidad. ¿A qué suena bien y es muy pedagógico?

            “El Rey Prudente”, a la sazón Felipe II, subió al trono en 1556 y sufrió tres bancarrotas (1557, 1575 y 1596). ¿Causas? Herencia envenenada de su padre (deuda de veinte millones de ducados, gastados en adquirir el título de emperador), suspensión de pagos por la dependencia de los préstamos a banqueros alemanes e italianos, revolución de los precios y los gastos bélicos, ya que llegamos a ‘guerrear’ hasta en tres frentes o contiendas a la vez. Gracias a Dios estas simplezas ya no serán examinadas.

            De nuevo aparece la perspicacia y el despejo de ustedes estableciendo un paralelismo entre este hecho histórico y nuestra ‘idílica’ crisis actual: electricidad, combustible, gas, cesta de la compra, auge de precios, paro, subvenciones, despilfarro, huelgas a gogó, créditos, descontento social… ¿bancarrota, quiebra, desastre?

            En la Comunidad Catalana predominarán conceptos, llevados a las clases, como identidades, resistencia a la opresión y emancipación nacional.

            Se estudiará la influencia de la civilización judía en la cultura europea. Como quiera que antes solo figuraba la islámica, más bien parece una imposición ‘podemita’.

            Hay que amar, defender y, por supuesto, conocer al bodrio que, marisabidillas o listillas mentes, traen a mi ‘horno de cocina’ o fogaril.

            Lo explica Pítaco de Mitilene con claridad meridiana: ¿Queréis conocer a un hombre? ¡Investidle de un gran poder!”.

            ¿Cómo explicar a los alumnos lo de la unidad nacional? Resulta que eso de la cohesión nacional, siempre entendida como la unión de todos los españoles, se ve entorpecida por fatuos y esperpénticos egoísmos, aceptando y eximiendo, cómo no, que en el aprisco siempre ‘tíe p’al monte’ algún que otro denegrido o tiznado egipán (criatura mitad cabra mitad hombre). ¡Ay, las dos Españas! 

            Pregunto entonces, ¿quiénes cohesionan este añejo país?: ¿Los mochales ‘tía al monte’?; ¿los postuladores de arcaicos rencores y odios ávidos de venganza?; o, ¿solo ‘él/ella/ellos/ellas’ y sus cofrades? 

            Como Publio Siro dijo: “No toda pregunta merece respuesta”, por lo visto, los ‘instruidos’ de turno siguen la máxima al pie de la letra pues no contestan. A lo que se ve, la madurez (?) a veces, amén de canas, trae miopía, egoísmo y testarudez o terquedad.

            Algunos apuntes sueltos son:

            La Física y Química deben procurar una sociedad justa, equitativa y equilibrada; la Música y la Plástica tienen que romper con los roles de género; y en la asignatura de Inglés se recogerán los valores esenciales.

            Desaparece la madre Filosofía, ¿para qué tanto reflexionar? La primigenia Ética socialista de 2018 para 4º de la ESO, se sustituyó por la Educación para la Ciudadanía (invento ‘zapateril’), que desemboca en los modernizados Valores Cívicos y Éticos.

             Irrumpen de manera belicosa otras imperiosas y necesarias novedades (?): Trabajos Monográficos; Servicio a la Comunidad; Formación y Orientación Personal y Profesional; Digitalización; o Economía y Emprendimiento. ¡Ahí queda eso!

            Todo lo expuesto nos conduce a un catecismo laico denunciado por los docentes; a un adoctrinamiento masivo en el aula; a una inclusión educativa y atención a la diversidad; a pasar de curso sin límite de suspensos; a saber más sobre terrorismo, educación sexual o medio ambiente; a que la titulación sea igual para todos y se pueda conseguir de cuatro maneras, según dificultad; a la justicia universal; a estudiar las semejanzas y diferencias de los animales como seres sintientes con los seres vivos no sintientes; a una reducción de contenidos, porque en la LOMCE eran exhaustivos y no daba tiempo a ‘tocar’ todos los temas; a la eliminación de los itinerarios que escogían la vía académica o profesional; y a la supresión de las calificaciones numéricas (1) y de los exámenes de recuperación (a lo mejor le bajan el sueldo a mis ‘colegas’ por tener menos que corregir). ¡No demos ideas!

            Agraz y amarga exhibición de aviesas sandeces que me angustian, desvelan y hastían. Sensaciones que, en alguna ocasión, me han llevado casi a claudicar a la tentación de retirarme a mis cuarteles de invierno e informarme sobre cómo acceder… “a la pasiva ociosidad de retozar por las arcádicas o bucólicas praderas del sosiego, libando el nepente (2) de los dioses a beneficio de inventario”. ¡Me he ‘pasao’!

            Y otro entresijo: ¿Qué moral enseño yo ahora? Vaya por delante, que en modo alguno pienso que haya que imponer una moral del tipo que sea. ¡Rotundamente no! Hay conceptos que solo se exponen sin ambages; después, cada cual actúa según conciencia. Pero para ello ha de observarse algo evidente: alguien, libremente, dice algo; y otro alguien, al oírlo, también libremente, da crédito o no a lo escuchado. ¡Así de simple, así de sencillo! 

            Lao-Tsé sentenció: “Saber creyendo no saber, eso es excelso. No saber creyendo saber, eso es una enfermedad”, a lo que Marco Tulio Cicerón apostilló en su día: “Humano es errar, pero solo los estúpidos perseveran en el error”

            Mi consecuencia personal es que duermo, como diría un castizo, ‘a la pata llana’ por el deber cumplido; he pretendido que mis escolares sean felices porque yo lo he sido dentro del aula; respetar para ser respetado es mi norte… No pido más… ¡por ahora! 

           Todo lo expuesto refleja, fehacientemente, el cada vez más bajo nivel cultural actual, ya que abocan al alumnado a la mediocridad; la incidencia peligrosa y directa sobre la ‘casquivana’ calidad de la enseñanza, orquestando verdaderas campañas con sus mantras, consignas o eslogan, que ‘supuestamente’, protegen la mente (?); o el tan ‘cacareado’ fracaso escolar. Si a todo esto unimos que el abandono escolar y el absentismo es el doble que el de la Comunidad Europea… ¡ya tenemos el puzzle educativo al completo!          

            Pienso como Marco Aurelio: “En ninguna parte puede hallar el hombre un retiro tan apacible y tranquilo como en la intimidad de su alma”

(1): Me manda un familiar por whatsapp las nuevas calificaciones en clave de humor:

De 0 a 2: Muy bien; 3-4: Excelente; 5: Brillante; 6-7: Excesivo afán de superación; 8-9: Insolidario… y 10: ¡FASCISTA!

(2): En mitología, bebida que los dioses usaban para curarse las heridas o dolores y que producía olvido.

Juan de León Aznar – abril’2022


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