Desde que el mundo es mundo, los colores han representado una fuerte carga de simbología para las múltiples civilizaciones y religiones, que desfilaron a lo largo de esos tiempos. Se identificaron con alegorías, atributos o cualidades, nigromantes poderes, supersticiones, temperamentos, toda serie de virtudes o, simplemente, con estados de ánimo
El poeta francés Charles Baudelaire escribió: “El color piensa por sí mismo, independientemente del objeto al que viste”.
Unos, considerados cálidos, como el rojo, el naranja o el amarillo, tenían la etiqueta de agresivos; y otros, como el verde, el turquesa o el azul, fueron catalogados como fríos, y se asociaban con la distensión o relajación.
En nuestro argot coloquial o popular, el del día a día o el de andar por casa, son harto conocidas las expresiones como:
“No hay color” (preferencia); “Tiene otro o mejor color” (mejoría); “Para gustos los colores” (criterios diferentes); “Ha dado en el blanco” (acertar); “Va de punta en blanco” (limpieza y elegancia); “¡Se ha quedado blanco como el papel!” (susto); “¡Me pone negro” (enfado); “Tengo la negra” (mala suerte); “¡Ese escritor tiene un buen negro!” (escribe para otro); “Eso es dinero negro” (ilegal); “Lo veo negro” (pesimismo o negatividad); “Es la oveja negra o el garbanzo negro” (mala conducta); “¡Prefiero el cine negro!” (policial); ¡Lo ha puesto verde!” (criticar); “Chiste verde” (tema sexual); “Se ha puesto verde de envidia” (celos); “Ha dado luz verde” (aprobar); “Viejo verde” (sexo); ¡Lo ve todo de color de rosa!” (positivo); “Está como una rosa” (buena salud); “Prensa rosa” (famosos); “Novela rosa” (romántica); “¡Se pone ‘morao’ cada vez que sale!” (atracón); “¡Tiene los labios morados!” (frío); “Las ha pasado moradas” (problemas) “¡Qué mala cara tiene, está amarillo!” (enfermedad); “Prensa amarilla” (sensacionalista); “¡Está rojo o colorao como un tomate!” (vergüenza); “Estoy en números rojos” (deudas); “Es una persona gris” (poco alegre); “¡Vaya marrón que le ha caído!” (tarea desagradable); o “Desde luego es su media naranja” (pareja ideal).
Las frases relativas al color azul y otras ampliaciones al blanco las mencionaremos más adelante.
Podríamos llenar el folio, ¡qué duda cabe!
El escritor y filósofo británico Gilbert Keith Chesterton no se podía ir de ‘rositas’ sin dar su opinión al respecto: “El blanco no es la simple ausencia de color, es una cosa brillante y afirmativa, tan feroz como el rojo y tan definitiva como el negro”.
Son innumerables las ‘facultades’ que se asignan o relacionan con los colores, así es que elaboraré un completo listado que dé cabida a casi todas ellas, mezclando las características positivas y negativas por riguroso orden alfabético, haciendo un resumen final de cada uno y ampliando los fundamentales señalados con un asterisco (*), amén de intercalar algunas ‘curiosidades’ con ellos relacionadas: películas, libros, efemérides… Solo nos detendremos en algunas de ellas, ya que de lo contrario la lista sería interminable.
Seleccionen y constaten sus preferencias:
Amarillo (*): representa la felicidad, el sol y las flores brillantes.
Adolescencia, calidez, celos, egoísmo, envidia, fortuna, luz, mal color físico, odio, placer, risa, suerte, superstición… Contacta con la vida. A veces, representa soluciones; otras, en cambio, significa disolución. Nos entibia y, como el sol, nos hace reír o sonreír, haciéndonos creer que el ambarino resplandor de las estrellas está a nuestro alcance. Nos alegra.
Es considerado ‘gafe’ por muchos, sobre todo por la gente del teatro, dado que el gran dramaturgo francés Molière, seudónimo de Jean – Baptiste Poquelin, vestía de amarillo cuando murió durante su última representación teatral “El enfermo imaginario” (1673).
También añade unas connotaciones históricas relevantes:
Fue asociado este color en la tradición cristiana con el azufre infernal dándole un significado peyorativo, convertido en imagen de falsedad, orgullo y traición, y símbolo de adulterio.
En la Edad Media los apestados y herejes vestían de amarillo, amén de que las ciudades asoladas por la epidemia (peste bubónica) debían mostrar una bandera gualda. Cuando los barcos o los reinos izaban una bandera amarilla era señal de peste o enfermedades a bordo y así las personas no se acercaban.
El rey aragonés Jaime I “El Conquistador”, otorgó a los judíos de Barcelona en diciembre de 1268 el privilegio de no llevar la roseta amarilla que los distinguía y que era obligatoria llevar cosida al sombrero o al hombro.
En inglés, amarillo (yelow) significa cobarde, y en Francia la risa amarilla se considera una risa falsa.
El pañuelo de cuello y las franjas laterales de los pantalones del famoso 7º de Caballería eran de color amarillo (según Hollywood), al igual que la línea vertical amarilla que se dibujaba en la espalda con pintura y brocha, como marca por degradación y expulsión del ejército tras ser condenado en un juicio militar por traición o cobardía.
Durante la Inquisición se les colocó a muchos cómicos el “San Benito”, una túnica ambarina de penitente con una cruz de San Andrés sobre sus espaldas con la que deambulaban por las calles sufriendo el escarnio público.
También era signo de prostitución, herejía y traición. En Hamburgo, en 1400, los pañuelos amarillos eran para marcar a las prostitutas y a los herejes.
Combinado con el rojo encontramos uno de los apodos de los jugadores o seguidores de la Associazione Sportiva Roma, conocidos como I Giallorossi (“Los rojiamarillos”).
Azul (*): el color de la vida, del claro cielo, del aire que respiramos y del agua que cubre la tierra en sus tres cuartas partes.
Amor, afecto, amistad, armonía, confianza, de sangre noble, dignidad, distinción, fiabilidad, fidelidad, luto (antigua Bretaña y Siria), paz, poder, reserva, serenidad, tranquilidad, verdad… Favorece el equilibrio energético, la comunicación y la comprensión de los demás. Es el más espiritual de los colores. Palabras de paz y serenidad escoltan siempre a este color, dando la impresión, al oírlas, de que estamos en contacto directo con el cielo o con el azul profundo del mar. Nos eleva.
La 250ª División, en España “División Española de Voluntarios” y en Alemania “250 Infanterie División”, más conocida como “División Azul”, luchó contra la Unión Soviética en la II Guerra Mundial entre los años 1941 y 1943. Cerca de 50000 soldados españoles participaron en diversas batallas, fundamentalmente en el sitio de Leningrado y 146 mujeres de la Sección Femenina viajaron como enfermeras constituyendo el llamado “Cuerpo de Damas Auxiliares de Sanidad Militar”.
“El Danubio azul” o “El bello Danubio azul” es un vals compuesto por Johann Strauss en 1866, que retrasó su estreno al 15 de febrero de 1867 por la derrota austriaca ante Prusia. En realidad, el tono de esas aguas es el de un verde grisáceo.
Dos niños sobreviven a un naufragio, llegan a una isla tropical y con el paso de los años crecen y se enamoran. Es el argumento de la película “El lago azul”, que se estrenó el 20 de junio de 1980. En Hispanoamérica es conocida como “The Blue Lagoon” o “La laguna azul”.
El nicaragüense Rubén Darío, pseudónimo de Félix Rubén García Sarmiento, es autor de “Azul”. Este libro fue escrito durante su estadía en Valparaíso (Chile) entre los años 1886 y 1988. Nos dice: “El azul era para mí el color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y firmamental. Concentré en ese color célico la floración espiritual de mi primavera artística”.
Blanco: abulia, armonía, calma, ceremonial como comuniones, bodas, luto en algunos países (China, Japón, India, Marruecos, reinas europeas medievales, Rusia…), cobardía, divinidad, estabilidad absoluta, falta de fuerza vital, humildad, infancia, inocencia, muerte (para los orientales), paz, redención, sinceridad, sorpresa o susto (familiar), virginidad, vulnerabilidad… Desprendimiento de temores y del afán del poder egoísta.
El sustantivo/adjetivo blanco es una acepción de gran riqueza polisémica. Nos podemos referir al “ladrón de guante blanco” (de gran habilidad, pero sin violencia); o “de cuello blanco” (delito perpetrado por gente influyente). También podríamos emplearlo en la raza blanca; el blanco de los ojos; un mirlo blanco (persona de buenas cualidades); crucigrama blanco (el más difícil de estos pasatiempos); glóbulo blanco (sangre); vino o chocolate blanco…
“Noches de blanco satén” es un sencillo de 1967. El título original era “Nights in white satin”; el autor de esta preciosa canción fue Justin Hayward; y la banda, “The Moody Blues”.
¿Saben qué simbolizan las rosas blancas y en qué ocasiones deben regalarlas? Encarnan cualidades como atención, inocencia, lealtad, pureza o satisfacción.
Y son ideales para obsequiarlas en bodas, a enfermos o en funerales, amén de aniversarios, cumpleaños u homenajes.
Café (beige – marrón claro): ascetismo, concertación, decadencia, equilibrio, falta de voluntad, fertilidad, madurez, monotonía, recogimiento, reinicio, seriedad, solidez, sosiego… Apego al suelo, retiro y voluntad de contrición.
Gris: aburrimiento, depresión, derrota, desánimo, desconsuelo, discreción, elegancia, encierro, fracaso, indeterminación, miedo existencial, neutralidad, limitación, pasado, represión, respeto, vejez… Madurez, imparcialidad y capacidad de adaptación.
Naranja (*): abandera la abundancia, las frutas jugosas, las flores bellas, las cosechas otoñales, los magníficos atardeceres y las alfombras de hojas caídas pasado el estío.
Aurora, fiesta, placer, precaución, presencia de sol, regocijo… Desafiante, abre horizontes, confianza en sí mismo, voluntad de superación, feliz y entregado. Entraña sensaciones de vigor y salud. Enriquece nuestro espíritu con energías que son verdaderas vitaminas para nuestro desarrollo integral, tanto físico como psíquico. Nos anima.
“La naranja mecánica”, película angloestadounidense de ciencia-ficción, se estrenó en 1971. En España se pudo ver el 16 de junio de 1975.
Negro: aristocracia, asesinato, desaliento, dignidad, elegancia, enfado, esclavitud (explotación), invencibilidad, luto (países occidentales), muerte, nobleza, noche, pesar, pesimismo, rebelión, separación, seriedad, temor, trabajo, tristeza… Receptividad absoluta. Realza los demás colores.
El cine negro o film noir es un género cinematográfico que se desarrolló en Estados Unidos entre 1930 y 1950. A “El halcón maltés” de John Huston y protagonizada por Humphrey Bogart y Mary Astor se le considera la primera película de este tipo. Se estrenó en 1941. Los asuntos giran en torno a hechos delictivos o criminales dentro de una sociedad cínica, corrupta y violenta con un fuerte contenido expresivo y una característica estilización visual, que está cerca del ‘expresionismo’, empleando un lenguaje elíptico y metafórico con escenas caracterizadas por el tenebroso claroscuro donde las sombras exaltan la psicología de los personajes.
“El tulipán negro” es una película de acción y aventuras de 1964, protagonizada por Alain Delon y Virna Lisi, y está basada en la novela del mismo nombre de Alejandro Dumas, que fue publicada en 1850.
Púrpura: abuso de poder, experiencias místicas, fuerza espiritual, inteligencia, realeza, riqueza, tiranía… Combinación equilibrada de dos extremos.
“De púrpura y escarlata” es una película de crimen y suspense de 2016, inspirada en la novela de Alice Walker, “El color púrpura”, que relata cuarenta años de vida rural de una mujer de color en el sur de los Estados Unidos y que fue dirigida por Steven Spielberg.
El ‘corazón púrpura’ es una condecoración de los Estados Unidos con el perfil de George Washington, otorgada a los muertos o heridos en actos de servicio después del 5 de abril de 1917.
“El corazón púrpura” se rodó en 1944 y su acción (juicios) se desarrolla en la 2ª Guerra Mundial entre estadounidenses y japoneses.
Escarlata: es un color intermedio entre bermellón y carmín. A un nivel más específico, es una coloración roja viva, bastante saturada, que corresponde al color producido por el antiguo colorante textil “escarlata de Holanda”.
“Escarlata y negro” se proyectó en 1983.
“La cumbre escarlata” es un film, que llevó a las pantallas el mexicano Guillermo del Toro. La acción se desarrolla en la Inglaterra del siglo XIX y fue estrenada en España el 9 de octubre de 2015.
Escarlata O´Hara, es el personaje de ficción que encarnó Vivien Leigh en la gran película “Lo que el viento se llevó”. La novela fue escrita por Margaret Mitchell en 1936.
Rojo (*): encarna la energía vital, el romance y la pasión, las frutas sabrosas, las flores hermosas e impactantes y la sangre que lleva la vida.
Acción, agresividad, alegría, calor, crueldad (para uno y para los demás), dinamismo, emoción, excitación, fuego, huida, inspiración, ira, lucha, luto (Antiguo Egipto, Imperio Romano…), pasión, peligro, salud, sed de venganza, sexualidad, triunfo, valor, vergüenza, vitalidad… Alegría por la vida, fuente de energías (positivas y negativas) y fuerza de voluntad.
Es nuestra sangre y el resultado de esas apasionadas palabras repletas de caluroso amor, que salen de nuestros labios. Nos vivifica.
Domina las reglas del vivir y nos proporciona coraje.
“Peter Pan de rojo escarlata” es un libro de Geraldine McCaughrean. Se trata de la segunda parte oficial de la inolvidable historia escrita hace más de cien años por J. M. Barrie.
“La mujer de rojo” es una comedia romántica, que se estrenó el 15 de agosto de 1984.
Al año siguiente, el 19 de junio, se puso en escena “El hombre con un zapato rojo”,
película de suspense y acción protagonizada por Tom Hanks.
Y otro film romántico, pero de acción, fue “Río rojo”. Óscar al mejor montaje y argumento y con un gran reparto en el que destacan John Wayne y Montgomery Clift. Se estrenó en Madrid el 16 de marzo de 1953.
El actor estadounidense de origen austriaco Arnold Schwarzenegger protagonizó estas dos ‘rojizas’ películas: “Guerrero rojo” (1985) y “Calor rojo” (1988).
Rosa (*): simboliza el amor, la delicadeza, la paz, la tranquilidad y los tenues y atractivos rayos del amanecer.
Ausencia de todo mal, bondad, buenos sentimientos, ingenuidad, optimismo, ternura… Emocionalmente relajado y convierte los sentimientos en algo amable, suave y profundo.
“Del rosa al amarillo” es una película española de 1963, cuyo director y guionista es Manuel Summers. Son dos historias consecutivas e independientes entre sí y está rodada íntegramente en blanco y negro.
La superluna rosa, la más grande y luminosa del año por su máximo acercamiento a la tierra en su órbita elíptica (perigeo), debe su nombre a que coincide con el florecimiento de una planta silvestre de ese color, flox musgoso, en Estados Unidos (NASA). Es considerada como símbolo de fertilidad por muchas culturas.
Verde (*): está estrechamente ligado a la esperanza, la naturaleza, la hierba, los árboles, los campos y el bosque.
Curación, descanso, deseo, equilibrio, esperanza (íntima relación entre los verdes campos y sus frutos), frescor, insulto (coloquial), juventud, naturaleza, renovación, reservado, salud, serenidad, vegetación… Color del corazón iluminado, del crecimiento armonioso y propio del amor. Resalta la belleza de la vida y nos transmite la ilusión de vivirla. Nos calma.
“Qué verde era mi valle” (1939) es una magnífica novela de Richard Llewellyn, seudónimo de Vivian Lloyd, que trata de las condiciones sociales y laborales de la minería del carbón en un valle del sur de Gales. Fue llevada al cine en 1941 por John Ford.
Las Fuerzas Especiales del Ejército de Estados Unidos, también conocidas con el apodo de “Boinas verdes”, es una unidad de operaciones especiales. Fue fundada el 19 de junio de 1952 y está especializada en antiterrorismo y contrainsurgencia.
En la España de 1960, Rafael Gil dirigió la película “Siega verde”, basada en el mundo rural, con una trama que nos lleva a los Pirineos Catalanes y el enfrentamiento entre las dos familias más importantes del lugar.
“Los boinas verdes” (1968) es una película que narra la historia de un cínico corresponsal de guerra que va a Vietnam en misión especial con un equipo de comandos americanos. Se estrenó en España el 6 de abril de 1969 y John Wayne fue su director y protagonista, junto a Ray Kellogg.
Violeta (morado) (*): patentiza la transformación, la noche y los sueños.
Agresión premeditada, apetito (jerga callejera), aristocracia, ausencia de tensión, autocontrol, calma, dignidad, engaño, falta de oxígeno (síntoma), frío (sensación), violencia… Equilibrio mental y estimulante de la imaginación y la intuición. Otorga tono a nuestra esencia majestuosa, como la de reyes y magos. Sus palabras destilan autoridad, nobleza y sabiduría. Nos fortalece.
La novela “Un mar violeta oscuro” de Ayanta Barilli fue finalista del Premio Planeta de 2018 y la película “Violetas imperiales” (1952) fue interpretada por Carmen Sevilla y Luis Mariano.
Después de todo lo expuesto, bajo el telón apostillando: “La vida es un hermoso arco iris como el que aparece tras la lluvia y, a veces, si aquella te sonríe, este doblará su presencia”.
P.D.: Espero y deseo que se hayan encontrado en esa ilusionante “Noche de Reyes” sus albarcas (zapatos) repletas de regalos. Sí, las descritas por el universal alicantino Miguel Hernández Gilabert en su extraordinario poema “Las albarcas desiertas” … y, de paso, reparen en la magnífica viñeta que ilustra el artículo.
Juan de león Aznar… feliz cuesta de enero’2023