Doy por hecho que las esclarecidas mentes o preclaras inteligencias, artífices de la manida y sobada ley de igualdad, aconsejadas por sus privilegiados a látere, sabrán de su origen y procedencia. Hay que remontarse al gran Alejandro Magno y su nudo Gordiano (yugo atado), que cortó con la espada, añadiendo dos de sus palabras favoritas: ‘tanto monta’. La leyenda cuenta que sería dueño de las tierras de Asia el que consiguiera desatarlo, pero él fue más expeditivo y práctico: “Da lo mismo como lo hagas, tanto cortar como desatar, y es más rápido cortarlo”.
Pero tendremos que bucear en nuestra historia y hete aquí que encontramos lo que buscamos, un relato del siglo XIII, “Los amantes de Teruel”, en el que Juan Diego Martínez de Marcilla e Isabel de Segura protagonizan un amor imposible y aparece en la narración: “tonta ella, tonto él”. Vaya, ¡seguimos con la ‘égalité’!
El momento álgido llega con nuestros Reyes Católicos y el archisabido lema de su escudo de armas: “tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando”.
Menos mal que me dieron en el gusto de anteponer la dama al caballero, no como en esos cigarros puros de las bodas en los que el ‘macho’ figura antes que la ‘hembra’.
Para exponer que dos personas de distinto sexo tienen el mismo valor no hacía falta recurrir a paridas, estolideces o estulticias con las que nos abruman a diario, que sirven, tan sólo, para desviar la atención de asuntos trascendentes y prioritarios.
Como introducción al personaje que nos ocupa pienso, modestamente, que me he pasado ‘tres o más pueblos’, pero es lo que nuestra sociedad demanda y lo que padecemos los ‘españolitos de a pie’.
El Compromiso de Caspe puso fin al problema sucesorio en Aragón por la muerte de Martín I “El Humano”. Tuvo cuatro hijos con María de Luna (Martín, Jaime, Juan y Margarita), pero todos fallecieron antes que él.
Del segundo matrimonio con Margarita de Prados no tuvo descendencia.
Así es que los candidatos fueron:
Fadrique de Aragón, conde de Luna y nieto bastardo de Martín I de Sicilia.
Jaime II, conde de Urgel, bisnieto, por línea masculina de Alfonso IV de Aragón.
Alfonso, duque de Gandía, nieto, por línea masculina, de Jaime II de Aragón.
Luis, duque de Calabria, nieto, por su madre Violante, de Juan I de Aragón.
Fernando de Trastámara, llamado “el de Antequera”, infante de Castilla, nieto por su madre Leonor de Pedro IV de Aragón.
El 28 de junio de 1412 este último fue proclamado rey como Fernando I de Aragón.
Le sucedieron Alfonso V y Juan II, padre del personaje que tratamos, FERNANDO II (1452 – 1516), que vio por primera vez a la que iba a ser su esposa el sábado, 14 de octubre de 1469 en Dueñas (Palencia). Contaban 18 y 17 años, respectivamente. Llegó disfrazado de mozo de mulas y con seis caballeros ataviados como mercaderes y cinco días después tuvo lugar su clandestino enlace, ya que no era válido a efectos religiosos pues eran primos segundos que impedía el enlace y encima habían falsificado una bula con la anuencia del arzobispo Carrillo y la complicidad del nuncio Antonio Jacobo de Véneris. Pero no falsificaron la firma del papa del momento, Paulo II, si no la del anterior, el papa Pío II… ¡que había fallecido cinco años antes!
La reina, al enterarse tiempo después de la treta declaró: “Tengo bien saneada mi conciencia”.
Fue rey de Aragón, Castilla, Sicilia, Nápoles, Cerdeña y Navarra.
Las ‘mujeres’ del rey aragonés fueron:
1.- Aldonza Roig, vizcondesa de Évol (Francia), natural de Cervera de Segarra (Cataluña): él tenía 17 años y ella 20.
Estas relaciones sucedieron mientras se celebraban los esponsales con
Isabel.
Su hijo Alfonso, reconocido, fue arzobispo de Zaragoza, y se casó con Ana
Gorrea con la que tuvo siete hijos. Juan y Fernando le sucedieron en la
silla arzobispal.
Aldonza se casó con Bernardo de Orzinelles obteniendo la anulación dos años más tarde. Volvió a contraer matrimonio con Francisco Castro-Pinós del So, vizconde de Évol (Francia), quien murió ocho años después.
2.- Joana Nicolau de Tárrega (Cataluña), cerca de Cervera (Lérida): él tenía 20 años. Su hija Juana se casó con el condestable Bernardino de Velasco y Joana contrajo matrimonio con el condestable de Castilla, D. Bernardino Fernández de Velasco, duque de Frías.
3.- Toda de Larrea de Larrea (Vitoria). Tuvieron a María.
4.- Pereira (portuguesa) en los campos de Extremadura. Su hija también se llamó María.
- Las “Dos Marías”, ya que así eran conocidas, fueron agustinas del monasterio de Santa Clara de Madrigal y fueron legitimadas por el papa Julio II como hijas de Fernando. De esta manera se enteraron de que eran hermanastras.
5.- Germana de Foix (Francia): él tenía 53 años y ella 18. Diez meses después de la muerte de la reina Isabel. Era sobrina del rey de Francia Luis XII y de Fernando en segundo grado e hija de Juan Gastón de Estampes y de María de Orleáns, hermana del rey francés. Tuvieron un hijo que murió el 3 de mayo de 1509 al nacer, al que llamaron
Juan de Aragón.
Se casó con el marqués Juan de Brandemburgo, en junio de 1519, bebedor y
mujeriego, que murió a los 40 años. En 1523 fue nombrada lugarteniente de Valencia.
Volvió a contraer matrimonio, durante el verano de 1526 en Sevilla, con el sobrino de Fernando, Fernando de Aragón, duque de Calabria. Contaba 37 años.
Recibió de Fernando: Zaragoza, Sicilia, Tárrega (Lérida), Sabadell (Barcelona) y Villagrasa (Lérida).
Y de Carlos I de España y V de Alemania, nieto de Fernando: Arévalo (Ávila), Madrigal de las Altas Torres (Ávila), Olmedo (Valladolid) y Santa María de la Nieva (Segovia).
AMPLIACIONES AL PERSONAJE
* Murió de un potaje frío de turmas (testículos) de toro, uno de los brebajes
afrodisíacos con los que Germana pretendía despertar su potencia sexual y poder así
engendrar el deseado hijo, aunque hay desmentidos al respecto.
* Ocurrió el hecho en una casa rústica llamada de “Santa María” en la Cruz
Barreros donde había acudido a cazar, a la entrada de Madridejos (Toledo). Un
gitano le había aconsejado que no se acercara a Madrigal (Cáceres) y que rehuyera
de esta localidad, aunque presentaba una similitud fonética con la extremeña.
* Murió pobre, con más de sesenta créditos e hizo cinco testamentos:
. 1475: antes de la batalla de Toro. Cita a Alfonso y Juana, hijos naturales.
. 1494: en un viaje de Medina a Segovia. Se encontraba enfermo y dispuso lo
necesario para la fundación de la Capilla Real de Granada donde
descansarían los sus restos y los de su esposa Isabel.
. 1512: en mayo y en Burgos, anterior a la venida de su nieto Carlos.
. 1515: el 26 de abril en Aranda de Duero y encontrándose enfermo.
. 1516: el 22 de enero. Falleció entre las tres y cuatro de la madrugada del
día 23. Dejaba Castilla en manos del cardenal Francisco Jiménez de
Cisneros; Aragón, en las de su hijo Alfonso, arzobispo de Zaragoza y
Valencia; a Germana, las posesiones anteriormente descritas; y a su hija
Juana, heredera universal hasta que llegue Carlos. No mienta más
mujeres, ni hijos.
El cardenal Cisneros falleció el 8 de noviembre de 1517.
De un curioso y singular personaje, noble, marino, militar, ingeniero navarro y vinculado a la Corona de Aragón, Pedro Navarro, conde de Oliveto (Italia), diremos que se llamaba Pedro Roncal y era conocido como “el Roncal Salteador”. Nació en Garde (?) (Navarra) en 1460 y murió en Nápoles en 1528.
De joven fue pirata al servicio de Francia y antiguo capitán de D. Gonzalo Fernández de Córdoba “El Gran Capitán”, participando con éxito en las victorias españolas en suelo italiano (Ceriñola, Gaeta y Garellano).
Inventó las minas terrestres de pólvora y azufre para expugnar fortalezas. Conquistó las plazas de Vélez de la Gomera, Orán, Bujía y Trípoli en el norte de África. Fue hecho prisionero en la batalla de Ravena y se alistó con los franceses. Más tarde fue capturado y encerrado en Castell Novo, pagando el rey francés veinte mil escudos y renunciando él a su condado.
El rey, a la muerte de su esposa Isabel, cumplió su voluntad y continuó la protección de los nativos americanos con las Leyes de Burgos (1512), que se completaron con las Leyes de Valladolid (1513), en las que se instaba a los colonos a que se impartiera la doctrina cristiana a los indios, así como enseñar a leer y a escribir a los niños indígenas. Ya en 1514 una Real Cédula legalizaba los matrimonios mixtos y a sus descendientes.
“El Católico” Fernando dejó escrito: “La nación es bastante apta para las armas, pero desordenada, de suerte que sólo puede hacer con ella grandes cosas el que sepa mantenerla unida y en orden”. ¡Y a fe que lo llevó a cabo! Hoy, sería un ejemplo.
Juan de León Aznar
