La Columna de Don Juan León | “Ojalá pudiéramos meter el espíritu de la Navidad en tarros y abrir uno cada mes del año”


Propósito… determinación firme de hacer algo u objetivo que se pretende alcanzar. Meta…  fin al que se dirigen las acciones o deseos de una persona.

Intención… idea que se persigue con cierta acción o comportamiento.

             Estas acepciones, en su conjunto, configuran una amalgama de sentimientos a la que debe aspirar cualquier humano. Y es que todos nuestros actos y hechos deben estar movidos por un motivo, encaminados hacia una finalidad y animados o incentivados por un proyecto.

              Como decía el locutor estadounidense Earl Nightingale: “Las gentes con metas triunfan porque saben a dónde van”, aunque el escritor, también estadounidense, Napoleón Hill,no se queda atrás: “Una meta es un sueño con fecha límite” pero, añado, que hay que intentar lograr con todas la reciedumbre de la que somos capaces.

             ALMUÑÉCAR COMUNICACIÓN” es un periódico digital y agencia de noticias de la Costa Tropical granadina, que comenzó su andadura en marzo de 2019. Su contenido es holgado, ya que abraza información diversa, vídeos, y agenda de municipios; su audiencia, in crescendo, por mor de su objetividad, eficiencia y saber estar, se reparte entre la web, Facebook con 14000 fieles lectores e Instagram con 7000 seguidores; y cuenta con un grupo de leales y entusiastas colaboradores que escriben sobre Semana Santa, medio ambiente, artículos misceláneos…

             Me encuentro entre esos columnistas y aporto mis modestos opúsculos a su apasionado y vocacional director, Javier Yáñez Blasco. El que fuera un brillante exalumno ha seguido conservando a lo largo del tiempo su buen talante, bonhomía y, sobre todo, una educación exquisita, que es lo que más he valorado desde siempre. El tiempo lo ha convocado y lo ha hecho devoto de su gran pasión, sin límites, por las redes, la radio, el periodismo… por la comunicación. En definitiva.

Reunir ingredientes de naturaleza muy diversa es la tarea que me ha ocupado. Barajarlos, mudarlos y zarandearlos es la segunda parte de la labor propuesta. La tercera, que llegue a ustedes y consiga su beneplácito.

He pretendido alear desde el malsonante palabro ‘subnormal’ con todo lo que conlleva por su sensibilidad y ternura, hasta esas ‘curiosidades curiosas’ referidas a asuntos que acontecen a diario (pequeñas vivencias que ocurren sin más y en las que, generalmente, no reparamos), pasando por los problemas educativos tan en boga; el papel de la mujer en la literatura; los rituales ‘mágicos’ y ‘zoológicos’ aplicados al deporte; comentarios políticos de sucesos pasados y presentes; opiniones personales sobre temas variados, jacarandosos y sociales; o tratados históricos sobre personajes singulares.

No cabe la menor duda de que hoy nos acaecen hechos, por los tiempos que nos han tocado vivir, que nos dividen, nos malquistan o, en el mejor de los casos, consiguen dejarnos híspidos los cabellos.

Este ‘bebistrajo’ o mejunje, utilizado a modo de introducción, no tiene más sentido que el pretender abrir los ojos sobre detalles, que pueden aparentar superficialidad, pero que llegan a tener una trascendencia inusitada. Pretende ser la moraleja de la fábula, aquella que nos indica que es lo que no hacemos del todo bien. Y es que debemos reconocer que el materialismo actual nos lleva a aparcar esos valores tan necesarios que son imprescindibles para ‘andar por casa’.

En mi libro, “Amigos de la Historia”, puse de relevancia el cariño que sentí por mis escolares mientras ejercía mi profesión docente. En estos artículos, desde la atalaya de mi jubilación, deseo enfatizar la importancia del entorno, ya que los familiares, los amigos y los compañeros, con sus peculiaridades y sus variopintos caracteres y temperamentos, configuran la mónada que mueve los hilos de tu existencia. Ellos, en tu batallar diario, codo con codo, representan un peculio que debemos tener muy presente y gozar de/con él.

“Si quieres ser feliz, átate a una meta”, escribía el genio Albert Einstein.

Han encontrado, y encontrarán, muchas citas literarias por didáctica elemental o ‘deformación’ profesional, aunque hay ‘gente’ que piensa que se trata de una falta de personalidad, pero me he decantado por seguir a Michel Eyquem de Montaigne: “Yo cito a otros para mejor expresar mi pensamiento”. Libertad de expresión lo llamamos y no obedece a caprichos absurdos o pareceres prepotentes. Fíjense que, modesta y humildemente, desarrollé un artículo dedicado a “frases de propio cuño”, por demostrar aquello de que somos capaces, de que podemos, de que nada nos está vedado.

Una ‘parrafada’ de agradecimientos: a mi esposa Mª Rosa, a mis hijos Juan Jesús y Alfonso, a mi hermano Antonio, y a mi nuera Yolanda, por convertirse en auténticos ‘sufridores en casa’, por patentizar irremplazables motores y por representar a ávidos y críticos lectores; a mis ex alumnos Francisco Javier Ruiz Bustos, gran arquitecto y brillante ilustrador de las viñetas de algunos enunciados, al director del periódico, ya citado con anterioridad, por estar alerta a cualquier atisbo de mejora, y a Abel Jiménez Muñoz por sus aportaciones como inquieto estudioso de su Almuñécar natal; a la obra cultural de LA CAJA en colaboración con el periódico Córdoba, por sus impagables fascículos; al Ideal de Granada, por sus magníficas colecciones; al diario deportivo Marca por contar con competentes columnistas y una reconocida y premiada infografía; a D. Carlos Fisas por sus amenos y suculentos anecdotarios históricos; al estudioso de la provincia granadina D. Victoriano del Moral Martín; a los soberbios textos de la Editorial Santillana; a mis grandes amigos Jesús Henares Salido y Antonio Mercado Nieto por su sarcástico verbo y su ‘toque’ poético, respectivamente; y a mis leales lectores por su infinita paciencia, digna del santo Job, mi más sincera gratitud por la cálida acogida, la oportunidad de asomarme a estas páginas y por los inmerecidos, aunque afectuosos, comentarios vertidos y recibidos.

¿Un anhelo a largo tiempo? El que mis cuatro encantadores nietos, Emma, Mario, María y Valeria, pudieran decir un día… ¡voy a leer lo que escribía mi abuelo!

            “Si un hombre no sabe lo que busca, cualquier puerto es bueno” … escribía el gran filósofo cordobés Lucio Anneo Séneca, pero el escritor estadounidense Anthony Robbins remataba la faena: “Establecer metas es el primer paso en volver lo invisible en visible”.

             Y unas últimas líneas que modelarán párrafos que servirán de despedida por un cierto tiempo, así es que… ¡recarguen las pilas para soportarme a la vuelta!

             En mis dieciocho meses como colaborador de este periódico he intentado proyectar emociones y reunir curiosidades, que me permitieran captar el interés de todos. Espero haberlo conseguido o, al menos, en parte.

                           Estas próximas vacaciones tocan, como de costumbre, en la puerta navideña. La magia de la Navidad no es un instante en el tiempo ni el comienzo de una estación, sino que supone un estado mental en el que proliferan las sensibilidades, que están a flor de piel, y donde despiertan los sentimientos de paz y generosidad, que buscan denodadamente que la unión entre todos los seres del planeta sea una realidad tangible.

              Y para esta pasajera separación os remito a una tierna cita del escritor inglés Harlan Miller: “Ojalá pudiéramos meter el espíritu de la Navidad en tarros y abrir uno cada mes del año”.

¡Les deseo unas Felices Fiestas y el más venturoso Año Nuevo cargado de salud y paz!     

              Juan de León Aznar… en la antesala del solsticio de invierno’2022


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