Atento, advertido, ahorrador, calculador, cauteloso, cauto, circunspecto, cuidadoso, mirado, moderado, prevenido, previsor, próvido, prudente, receloso, reservado o sagaz, configuran una serie de sinónimos, en escrupuloso orden alfabético, que se dan de bruces con la precaución, la prudencia o lo precavido haciendo bueno el célebre y popular aforismo:
“No por mucho madrugar amanece más temprano”, que nos indica con meridiana claridad que los acontecimientos deben seguir su curso natural.
Por resumir, no debemos apresurarnos más de lo necesario, ya que es imposible adelantarse al reloj natural de la vida, que es el que marca los tiempos y las actuaciones. Sólo nos queda ser pacientes, respetar y esperar a que todo vaya transcurriendo de la mejor manera posible. ¡Qué así sea!
“La prudencia es la huella de la sabiduría” … nos dice el pedagogo y escritor estadounidense Amos Bronson Alcott (1799 – 1888), porque quien trabaja y practica esta virtud consigue construir sapiencias.
Aunque para Juvenal es una cualidad que nos protege:
“Uno NO tiene protector salvo la prudencia”.
Y sin más dilación comenzamos el anecdotario setenta y tres.
El príncipe Clemente de Metternicch (1773 – 1859), político, estadista y diplomático, que fue durante 27 años ministro de Asuntos Exteriores del imperio austríaco, le solicitó un autógrafo al gran escritor francés Jules Gabriel Janin (1804 – 1874). Éste, cogió papel y lápiz y escribió:
“Vale por cien botellas de vino de ‘Johamiberg’, que se me llevarán a casa. Jules Janin.”.
El aristócrata cumplió y les fueron enviadas.
El director de orquesta, compositor y crítico musical español José Lassalle (Oleron, Francia, 1874; Madrid, 1932, de hemiplejía) cayó enfermo y los médicos le prohibieron dirigir:
“Maestro, puede tener un ataque y quedar muerto en el acto”.
Su respuesta fue antológica:
“¡Qué hermosura! ¡Morir en el Palacio de la Música dirigiendo a Beethoven y ante el público madrileño…!”.
El gran estadista y hombre de letras británico Philip Dormer Stanhope, lord de Chesterfield (Londres, 1694 – 1773) fue a dar un paseo en coche poco antes de almorzar y a su vuelta le preguntaron:
“Milord, ¿venís de tomar el aire?”.
A lo que contestó;
“No, pero como pronto me van a enterrar he querido ensayar el trayecto”.
Efectivamente… había ido hasta el cementerio.
El político inglés del siglo XVIII, lord Frederick North, II conde de Guilford (1732 – 1792), fue solicitado para que diese un óbolo o dádiva para un concierto benéfico, a lo que él se negó.
“Pues vuestro hermano, el obispo, ha dado una buena suma”, le dijeron.
“Vaya una gracia”, replicó. “Si yo fuera sordo como mi hermano también asistiría a su concierto”.
Cuando el gran catedrático, pedagogo y sacerdote don Andrés Manjón y Manjón (Sargentes de la Lora, Burgos, 1846; Granada, 1923) se enteró que se le había concedido la ‘Gran Cruz de Alfonso XII’, comentó:
“Mira que hacerme caballero a mí, que no he montado sino en burra, y eso cayéndome cuatro veces…”.
Pero cuando Alfonso XIII, que era quien le había concedido la condecoración, visitó las ‘Escuelas del Ave María’, no vio el rey ningún galardón en su pecho, por lo que le preguntó qué había sido de ella:
“Se la comieron mis niños”, confesó el santo sacerdote.
Y respondió el rey: “Yo le mandaré a usted otras insignias que no sean comestibles”.
Ese centro de enseñanza fue una institución educativa propia, una filantrópica obra creada, impulsada y sostenida por él, y que en un principio estuvo dedicada a la enseñanza elemental y a la formación del profesorado.
Fue uno de los precursores de la escuela activa y de la escuela al aire libre, donde la naturaleza y el juego desempeñaban un papel primordial para alcanzar la educación integral, que recoja todos los aspectos del educando: moral, social, físico, intelectual, religioso…
En noviembre de 2020, la iglesia católica inició el proceso de beatificación del presbítero burgalés, y en la Cuesta del Chapiz, 3, de Granada tiene su sede.
No merece nuestra confianza quien nos ha traicionado, según el filósofo, matemático y físico francés, considerado el padre de la geometría analítica y la filosofía moderna, René Descartes (1596 – 1650):
“Es prudente no fiarse por entero de quienes nos han engañado una vez”.
Pero el segundo tirano de Corinto, Periandro (siglo VII a.C.) nos aconseja:
“En la prosperidad modérate; en la adversidad resígnate y sé siempre prudente”, y añado, modestamente… en cualquier circunstancia.
Juan de León Aznar … vamos ‘palante’ que ya es bastante… en este junio ‘2025.
