La tan en boga, a pesar de ser una jovencita, por manida, comentada o controvertida, ley de calidad de la enseñanza, bien merece una cita del gran romano Tito Maccio Plauto. Cuando escribió aquello de “Perdemos lo seguro por buscar lo incierto” no se refería, obviamente, al tema que nos ocupa, pero les invito a cambiar el término ‘seguro’ por aprendizaje, civismo, comprensión, diálogo, disciplina, educación, respeto y tolerancia. Esos son los parámetros por los que debe regirse toda ley de enseñanza.
¡Ayuden y apoyen al centro educativo donde se encuentre su vástago (nunca ‘vástaga’ y jamás ‘vástague’)! Hagan buena aquella frase del genial Víctor Hugo: “El porvenir está en manos del maestro de escuela”; es decir, cualquier ‘mayor’ fue alguna vez ‘menor’ en un aula. Sean miembros de la comunidad escolar de pleno derecho, activos, sin dobleces, construyendo y sin ambages. Solo así se pondrán los cimientos válidos para una enseñanza de calidad.
A continuación les ofrezco una joya, algo que deben conservar y hasta releer en ocasiones, por demencial, desproporcionado, incomprensible o vejatorio. A veces, ocurren cosas parecidas, pero no son vox populi, quedan archivadas, no son defendidas o permanecen en el anonimato.
Dispensen las faltas de ortografía o de redacción, pero he copiado del original (incluido el tipo de letra) y tengan en cuenta que estamos en 1734. ¡Ya ha llovido! ¡Que lo ‘degusten’ y les aproveche!
El expediente que a continuación se transcribe, firmado por el cronista oficial de la villa de Ohanes de las Alpuxarras granadinas Joseph Sancho el 15 de Diciembre de 1740, ha sido recogido de la revista “Alzada”, publicación de la Escuela de Arquitectos Técnicos de Granada.
Señor Alcalde de Ohanes de las Alpuxarras:
Tengo el honor de poner en su conocimiento la inquietud que me produce ver la viga que media la clase que regento, pues está partida por medio, por lo cual el terrado ha cedido y ha formado una especie de embudo que recoge las aguas de las lluvias y las deja caer a chorro tieso sobre mi mesa de trabajo, mojándome los papeles y haciéndome coger unos dolores reumáticos que no me dejan mantenerme derecho. En fin señor alcalde, espero de su amabilidad ponga coto a esto si no quiere que ocurra alguna desgracia con los niños y con su maestro, éste su muy seguro servidor. Dios guarde a Vd. muchos años.
Señor maestro de primeras letras de la localidad de Ohanes
(firmado y rubricado)
Señor maestro de primeras letras de la villa de Ohanes de las Alpuxarras:
Recibido con gran extrañeza, el oficio que ha tenido a bien dirigirme y apresuro a contestar. Es cosa rara que los agentes de mi autoridad no me hayan dado cuenta de nada referente a la viga, y es más, pongo en duda que se encuentre en esas condiciones, puesto que según me informa el tío Sarmiento no hará sesenta años que se puso, y no creo una vez dadas esas explicaciones que no tenía por que paso a decirle que eso no son más que excusas y pretextos para no dar ni golpe.
En cuanto a lo de los papeles que se le mojan y el reuma que se le avecina puede muy bien guardárselos a aquellos en el cajón o en casa y esta yendo a la escuela con una manta. No obstante lo que antecede, enviaré uno de estos días a algunos de mis subordinados que mire lo que hay de esto. Y ojo que su engaño le estaría estar otros seis años sin cobrar los quinientos reales de su sueldo.
Dios guarde a V. muchos años. Ohanes, 28 de Noviembre de 1734.
El alcalde Bartolomé Zancajo
(firmado y rubricado)
Sr. Alcalde de Ohanes de las Alpuxarras Partido de Uxixar. Reino de Granada:
Tengo el honor de acusar recibo de su atento oficio de ayer donde tiene a bien poner en duda el estado de la viga. Desde mi oficio anterior, Sr. Alcalde, hace unos ocho meses, pasaron las lluvias de invierno, y yo siempre mirando la viga con la inquietud consiguiente. ¿Caerá o no caerá? Y así un día y otro, como si en vez de una viga fuera una margarita. Si V. no cree lo que le estoy diciendo, puede mandar dos personas peritas, o venir V. mismo dando un paseíto, si no le cuesta mucha molestia, que yo no le engaño, más que darle una idea del estado de mi clase, me permito acompañarle un dibujo, tomado del natural, que le dará una estampa real de ella. Y lo del sueldo, no creo que se atreva V. a tocar mis quinientos reales, porque ya sabe V. lo que dice el refrán: “Al cajón ni…”, en fin Sr. Alcalde, Dios le guarde muchos años los efectos de la viga.
Ohanes de la Alpuxarra a 29 de noviembre de 1734
El maestro Menón Garrido
(firmado y rubricado)
Señor maestro de primeras letras de la villa de Ohanes de las Alpuxarras:
Acuso recibo a su oficio de 29 noviembre del pasado año, me parece excesiva tanta machonería en el asunto de la viga. Sepa el señor maestro, que si no le conviene la escuela puede pillar el camino e irse a otro sitio, que aquí para lo que enseña, falta no hace.
¿Qué importan a estas gentes ni a nadie donde está Marte ni las vueltas que da la Luna, ni que cuatro por seis son veintisiete, ni que Miguel de Cervantes descubrió las Américas? Para coger un mancaje basta y sobra con tener fuerzas para ello. No obstante, como soy amante de la cultura y no quiero que digan que he ablao al maestro y no le trato como se debe, nombraré una comisión que informe sobre el asunto de la viga y si resulta que usted me ha engañado sa caído.
Dios guarde a V. muchos años. Ohanes de la Alpuxarra a 15 de octubre de 1735.
El Alcalde Bartolomé Zancajo
(firmado y rubricado)
Informe Antonio Fuentes Barranco y Juan González García, maestros albañiles graduados de la villa de Ohanes de las Alpuxarras, informan que:Personados en el sitio denominado u llamado, dicho sea con perdón, la escuela de este lugar, a las 12 de la mañana del día 15 de mayo de 1736 acompañados por el señor escribano de este Ayuntamiento, y mandados por el señor alcalde, opinamos, pensamos y creemos que la viga que ocupa el centro de la clase, aula o sala, que por estos tres nombres se le denomina o circunscribe, que la dicha viga no se ha movido, sólo se ha bajao cosa de diez o doce deos, amenasando sólo caer, pero nunca juntarse con el suelo aplastando a los que coja dentro.Pero como quiera que la madera es un cuerpo astilloso, tiene que crujir antes de pegar el golpetazo, dando tiempo a que se salven por lo menos siete u ocho. Por lo cual firmamos y no sellamos por no tener sello. En Ohanes a la fecha arriba indicadaAntonio Fuentes(firmado y rubricado)Juan González(firmado y rubricado) |
Don Celedonio González García de García González. Escribano de la Villa de Ohanes de las Alpuxarras, partido de Uxixar, reino de Granada. Digo, declaro y doy fe, de cuanto en esta información del maestro de primeras letras de esta localidad, sobre una viga que dice el primero al Sr. Alcalde, o sea el segundo, está partida en el techo de su clase. Mi información imparcial, desapasionada y verídico, como corresponde a mi profesión es el siguiente, Si la viga cae y amenaza peligro, puede ocurrir:
- que mate al maestro, en cuyo caso esta corporación se ahorrará los quinientos reales que le paga.
- que matase a los niños y no al maestro, en cuyo caso sobraba el maestro.
- que matase a los niños y al maestro, en cuyo caso sobraba ocurriendo en este caso, como suele decirse que mataban dos pájaros de un tiro.
- que no matase a nadie, en cuyo supuesto no hay por que alargarse.
Examinados en derecho las causas y efectos que anteceden emito informe, honrado y leal, cumpliendo con ello un deber de conciencia.
En Ohanes de las Alpuxarras a 15 de mayo de 1736.
Celedonio González García
(firmado y rubricado)
Este es el famoso expediente, pero buscando en el Archivo Municipal de Ohanes se encontró otro interesante legajo, del cual transcribo textualmente el siguiente documento y con el que se aclara todo el asunto de la dichosa viga. |
Yo, don Joseph Sancho Mengibar, cronista oficial de la Villa de Ohanes de las Alpuxarras, declaro por mi honor ser ciertos los hechos que a continuación describo para que de ellos quede constancia en el Histórico Archivo de esta villa, lamentando que la índole de los mismos ponga un hito trágico en los bucólicos anales de este pueblo.
El día catorce de octubre del año de Nuestro Señor Jesucristo, mil setecientos cuarenta, siendo alcalde de esta villa Don Bartolomé Zancajo y González Zancajo, y siendo las doce de la mañana, se hundió el techo del salón de la escuela de esta localidad, pereciendo en el siniestro el señor maestro de primeras letras Don Menón Garrido Martín y los catorce niños que en aquellos momentos daban su clase.
Después de laboriosos trabajos fueron extraídos de los escombros los cadáveres de las víctimas y trasladados al depósito del Cementerio Municipal, acompañados del pueblo en masa, que era partícipe por entero del dolor que significaba tal catástrofe, ya que a todos más o menos directamente les alcanzaba, dado el número tan elevado de inmolados en aras de la cultura.
Abierto el oportuno expediente, se ha podido comprobar que por parte de la autoridad competente se tomaban periódicamente todas las medidas encaminadas a velar por el buen funcionamiento del sagrado recinto; y como pruebas concluyentes se presentó expediente incoado al efecto, que dos peritos albañiles y el ilustre escribano de esta villa, informaban sobre el buen estado del local, en fecha muy próxima al suceso, ya que los informes datan del quince de mayo de 1736; quedando plenamente demostrado que únicamente un accidente fortuito fue el responsable del hundimiento.
Ohanes de las Alpuxarras a 15 de diciembre de 1740.
Joseph Sancho
(firmado y rubricado)
Ténganlo a mano porque no tiene desperdicio. Recapaciten en lo dicho por Catón en su día: “Amargas son las raíces del estudio, pero los frutos son dulces”. Procuren que la cosecha que recojan sea la mejor. Yo, como docente, sería el primero en alegrarme.
Juan de León Aznar, abril’2022
