La Columna de Don Juan León | “La curiosidad es una característica de una mente vigorosa”


Y… ‘como lo prometido es deuda’, según reza el dicho, ahí va la segunda entrega ortográfica. Espero que sean benévolos conmigo en su juicio

  • Aunque la mayoría de las letras que usamos en español provienen del alfabeto romano original, “otras” se fueron desarrollando o añadiendo con el paso del tiempo:

La “G” es hija de la “C” y se empezaron a diferenciar en el siglo III a.C.

La “j” es una variante de la “i”. Llegó al alfabeto en el siglo XVII.

La “Z” iba en un principio en el lugar de la “G”, pero la quitaron para dejarle espacio a ésta.

La “Ñ” era una doble “N”, que se abreviaba en la Edad Media con una línea arriba (-).

La “U” era una variante de la “V”. Ganó su lugar en el siglo XVII.

La “W” era una doble “V”. Ya se usaba en la Edad Media, pero no se reconoció hasta 1969.

La “Y” y la “Z” fueron retomadas cuando los romanos conquistaron Grecia en el siglo II a.C., y puestas hasta el final. Por eso la llamamos “i griega” (Y, en griego, IPSILON).

  • El vocablo maestro procede del latín magister, y este, a su vez, del adverbio magis que significa más. En la antigua Roma el ‘magister’ estaba por encima del resto por conocimientos o habilidades.

La palabra ministro viene del latín minister que proviene del adverbio minus que significa menos. En la antigua Roma el ‘ministro’ era el sirviente o subordinado, que apenas tenía habilidades.

Moraleja: Cualquiera puede ser ministro, pero… ¡no maestro! 

  • Los nombres comunes que designan clases de seres mitológicos, así como los objetos que portan, se escriben en minúscula: “los nibelungos”, “el anillo de los nibelungos”, “el vellocino de oro”

Existen acepciones con igual escritura que pueden acentuarse o no (de las muchas existentes escojo esta muestra de 20 de ellas):

Amoníaco –amoniaco; beréber – bereber; chófer – chofer; demoníaco – demoniaco; élite – elite; fríjol – frijol; gladíolo – gladiolo; hipocondríaco – hipocondriaco; ícono – icono; kárate – karate; lítote – litote (figura retórica de pensamiento); maníaco – maniaco; olimpíada – olimpiada; período – periodo; quiromancía – quiromancia; rubéola – rubeola; sóviet – soviet; tángana – tangana; travestí – travesti; zodíaco – zodiaco…

Palabras tritónicas (la misma escritura, pero varía su sílaba tónica) (elijo 18):

Ánimo – animo – animó; capítulo – capitulo – capituló; depósito – deposito – depositó; ejército – ejercito – ejercitó; género – genero – generó; hábito – habito – habitó; íntegro – integro – integró; júbilo – jubilo – jubiló; líquido – liquido – liquidó; médico – medico – medicó; número – numero – numeró; pícara – picara – picará; práctico – practico – practicó; próspero – prospero – prosperó; solícito – solicito – solicitó; término – termino – terminó; tránsito – transito – transitó; válido – valido – validó…

Transplantar, substraer, abstraer y abstracto: Estas palabras tienen 4 consonantes seguidas.

Amover (destituir, deponer, remover), apotropaico (rito, sacrificio o fórmula), barbián (desenvuelto, gallardo, arriscado), jipiar (hipar, gemir, gimotear), orate (loco, demente, ido) y vagido (llanto o gemido de un recién nacido) son algunas de las palabras más raras que contiene el castellano.

Miguel de Cervantes Saavedra y Fajardo utilizó en “El Quijote” 22939 palabras diferentes.

Existe una palabra que se puede pronunciar, pero no se puede escribir:

Imperativo de salirle (forma verbal más pronombre enclítico) … ‘sal’ + ‘le’ (“sal – le al paso”). No se puede escribir junto (salle) y no se permite el uso del guión (norma actual).

La RAE aceptó una serie de palabras en 2020: aneridia (sin iris), atarván (persona maleducada), barbijo (mascarilla), berceuse (composición musical al estilo de las canciones de cuna), brequear (moderar o parar el freno), coronavirus (virus), cuarentenar o cuarentenear (pasar cuarentena), desconfinar (levantar medidas de confinamiento), desescalada (descenso o disminución de una situación crítica), emoji (pequeñas imágenes o emoticonos), fascistoide (tendencia al fascismo), galdosista (relativo a Benito Pérez Galdós), parafascista (semejanza con fascismo o fascista), ponqué (bizcocho), sánduche (sándwich), veragua (moho formado en la ropa húmeda) y zasca (corte).

Palabras castellanas que se escribían antes de distinta manera:

Enjuagar: Del latín “exaqüare”. ‘Enxaguar’ y ‘enjaguar’ hasta llegar a ‘enjuagar’. Limpiar la boca o la dentadura con algún líquido.

Jamacuco: Proviene de ‘maskük, que significa‘golpeado en el cogote’. Posteriormente se llamó “zamacuco o xamacuco”y pasó de ser una indisposición pasajera (torpeza, borrachera o embriaguez) a enfermedad grave. Esta acepción no fue recogida por la RAE hasta 2001. Como sinónimos se utilizan los términos arrechucho, patatús, parraque, soponcio, telele o yuyu.

Murciélago: “Murciégalo” por metátesis o cambio de posición de algunas letras dentro de la palabra.

Peligro: Del latín “pericûlum”. “Periglo” (metátesis).

Siesta o sestear: “Sesta” hora del día (entre las doce y las tres de la tarde).

Toalla: “Toballa” y, anteriormente, “tobaja”. El término ‘toaja’ todavía está en la RAE y recogida en el diccionario de Autoridades de 1739.

Palabras con significados distintos según los países:

Coche: Vehículo de cuatro ruedas.

  • Guatemala: persona sucia.
  • Perú: puerco o cerdo.

Coger: Tomar algo o agarrar.

  • Argentina, Colombia, Costa Rica y Bolivia: acto sexual.

Concha: Caparazón calcáreo.

  • Argentina: vulva femenina.
  • Bolivia: además del significado anterior, tipo con suerte (‘conchudo’).
  • Costa Rica: descaro o desfachatez.
  • México y Colombia: pereza o pan dulce.

Culo: parte posterior que cuenta con las nalgas.

  • Argentina: buena suerte y fortuna.
  • Colombia: bonito o persona inmadura.

Fresa: sabroso y jugosofruto rojo.

  • Argentina: vagina.
  • México: joven con dinero y pedante.

Porro: cigarro de marihuana.

  • Argentina y Chile: personas que no estudian.

Saco: objeto para guardar cosas.

  • Chile: insulto.
  • Ecuador y Colombia: prenda de vestir.

Taco: palabra grosera o trozo de un material (madera).

  • Bolivia: persona que aguanta el alcohol.
  • Chile y Colombia: atasco.
  • Costa Rica: miedo.
  • México: tortilla de maíz.
  • Venezuela: personas que destacan del resto por su inteligencia.

   Y una última ‘curiosidad curiosa’ que me llama mucho la atención: cuando aceptamos o damos por buena la explicación que estamos recibiendo… sí, ¿no? ¡Prolijo y apolíneo castellano!

   “La gente más triste del mundo es esa que ante la ignorancia, elige el odio y no la curiosidad” escribió el venezolano Daniel Arzola, pero me quedo con la ingeniosa cita del escritor y conde francés François de La Rochefoucauld: “Tres clases hay de ignorancia: no saber lo que debiera saberse, saber mal lo que se sabe, y saber lo que no debiera saberse».

   Juan de León Aznar, ¡Navidad’2022 a la vista!: sorteo, adornos, dulces…


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