La Columna de Don Juan León | ¿Hégira o diáspora?


¡Estamos ante una nueva campaña electoral! Habría que hacer una profunda reflexión y un memorándum de intenciones y de viejas reivindicaciones, que han sido relegadas al vasto saco socialista. ¡El de hoy!, que responde a un modelo arbitrario, dictatorial y utópico, porque el de antaño era un equipo fiable, y constitucionalista, así es que nos encontramos inmersos en las irregularidades más variopintas, las más execrables subvenciones y multiplicadas las vanas promesas de este híbrido ‘desgobierno’, coloquialmente apodado ‘Frankenstein’.  

             Una diáspora de votos se avecina. ¿Hacia dónde? Si usamos la lógica, al único camino viable… ¡al del cambio!; pero no se confundan, a uno racional, juicioso, ecuánime, sopesado y fruto de una intensa cavilación que ofrezca el desalojo de La Moncloa y sus infames ministerios.

              Quisiera recordarles y recrearme en los aún refrescantes, por ‘frescos’, mítines de sirena con los que nos deleitaron (calientes sus bocas y repletos sus bolsillos y estómagos) los políticos socialistas y sus socios, que ávidos de poder por no perder el ‘chupe’ escucharemos de nuevo, con la insana, morbosa e iracunda intención de embaucarnos otra vez y sumergirnos en el caos más absoluto.

               ¿Ven ustedes como la ‘hégira de votos’ va encontrando un mejor refugio o acomodo? ¿Algo más natural y lógico, por coherente?

               Seguiremos ahondando un poco más en aquella reflexión o cavilación arriba citada. Desde el 7 de enero de 2020, el actual presidente, que no jefe de Estado, Pedro Sánchez Pérez-Castejón, ha ido sembrado becerros de oro, que sólo pueden propiciar una ‘cosecha’ de caos, desconcierto, incertidumbre y corrupción. No hay espacio suficiente para analizar si este bendito país necesita oro o la reconversión industrial, agraria, pesquera, administrativa y, ahora, laboral. Hay que entender que todo lo segundo se debe llevar a cabo sin desmantelar nuestro superior o exiguo poderío como país industrializado y sin entregar salvajemente nuestra producción al capital multinacional.

               No esperaba, sinceramente, que fuera el PSOE, por historia e ideología, quien arrastrara a nuestra piel de toro a este descalabro y abriera una etapa de desánimo, desvergüenza, depravación y miseria social, sobre todo por haber bebido en las ‘insanas fuentes de la derecha’ y que hoy amenaza con retrotraernos a épocas absolutistas, ya superadas, como las de Fernando VII o Isabel II. Qué lejos queda en el tiempo el año 1879, origen del PSOE; su fundador, el ferrolano Pablo Iglesias Posse, que fuera diputado en 1910; o las centrales sindicales UGT y CNT de 1917 que, por entonces, subsistían sin mariscos, drogas y alternes.

               Mal asunto es el caciquismo, mala gente los caciques; pero no hay peor caciquismo ni más impío cacique, que aquél que no naciendo se hace, abusando, explotando y expoliando a los de su clase. Ningún gobierno puede ni debe ejercer la profesión de ‘cascaja’ política y subastarse al mejor postor: hoy, catalán; mañana vasco, pasado mañana ‘otegista’; más adelante … ¡ya veremos!

                ¿Hacemos un somero recordatorio sin extendernos (el listado sería interminable) de los desvaríos padecidos y de sobra conocidos por los españolitos de a pie o sufridores en casa, desde el susodicho y fatídico siete de enero?:

                España se ha convertido en una autocracia chavista que se alía con golpistas y terroristas y que consta de 22 ministerios con 803 asesores; los jueces son tildados de fascistas; se critica el turismo; se vende al ‘VI’ (¡qué diferencia entre ‘Mohamecito’y D. Felipe!); se ningunea al rey, al himno, a la bandera y a la Patria; permiten el acceso a los secretos nacionales a los truculentos Iglesias y Otegi; existe una compra masiva y orquestada de votos de inmigrantes; las subvenciones a gogó son un goteo incesante; las manifestaciones feministas están a la orden del día para no perder su ‘chupete’; los sanitarios, durante la pandemia, ataviados con bolsas de basura y sin trajes especiales; el reyezuelo Tezanos gastando nuestro dinero en encuestas; la marginación del español con el beneplácito gubernamental; la supresión de los delitos de sedición, malversación  y corrupción; la rebaja de condenas o amnistía a violadores sexuales, que en gran número ya andan sueltos; el acceso a los cursos siguientes con suspensos; se estudian leyes contra los ‘desokupas’, por inhumanos; la ignominiosa persecución a Amancio Ortega y a otros empresarios, que son los que generan puestos de trabajo e inversiones; tenemos acceso a nombres tan rimbombantes de Direcciones Generales como: el “Consejo catalán del fomento de la paz”, la del “Consulado Español para la alianza por la nueva economía de la Lengua en La Moncloa” o las “Políticas Lingüísticas para Aragón” y la “Alimentaria para Baleares”; se fríen a impuestos a los autónomos, ya que el ‘capo’ está utilizando los recursos públicos; existe una desleal competencia, por máxima permisividad, a la entrada libre de productos marroquíes; el Sr. Falcon-etti ha dilapidado 18 millones en combustible; los gallos violan a las gallinas y las sardinas perecen martirizadas a lo San Lorenzo, pero hay una protección máxima para roedores bajo penas importantes; las maquiavélicas sentencias contra natura sobre la eutanasia, el aborto sin consentimiento de sus padres o el cambio de sexo, que permite a los adultos escoger cárceles, urinarios, servicios, lavabos o vestuarios; las importantes ayudas a ‘poéticos’ proyectos, por bucólicos o pastoriles, como: “El fortalecimiento de la Agencia del Catastro en Bielorrusia”, La mejora de las condiciones de empleo en Georgia” o “el Apoyo institucional para mejorar el desempeño del Sistema Tunecino de Innovación e Investigación”; disfrutamos del lenguaje inclusivo, el del ‘chico, chica, chique’; resulta desternillante el reparto de los trabajos caseros; la ‘Belarra’ nos asesora en la cesta de la compra con su “Garbancita Ecológica”; asistimos a la destrucción de presas, embalses y pantanos (108 en 2021; 148 en 2022; y 43 en lo que va de año) sin conocer sus fines; inoculan ideologías separatistas en los escolares; la lectura es reemplazada por clases de educación afectiva-sexual a menores; se procura la ruina y extinción de agricultores (agricultura intensiva), ganaderos (reducir la producción) y pescadores; rechazo frontal a la limpieza de montes y bosques y así los pirómanos campan a sus anchas; pagamos los ‘excesos’ del ‘tito Berni’; disfrutamos de las “Oficinas de la bicicleta, la de Mónica García o la del bulo tuitero compulsivo”; rescatamos una aerolínea (“Plus Ultra”) por 53 millones y sale a subasta por 2,5; el Ministerio de Igualdad (?) nos va a dejar al borde de las cartillas de racionamiento; ‘disfrutamos’ perplejos y con estupor a la solapada y soterrada elección de la fecha electoral para aprovechar la hégira vacacional; nos deleitan con las palancas’2030;

y tenemos que soportar al sátrapa trilero, al desalmado antidemócrata oportunista electoral o el de los innumerables sobrenombres y mentiras enfermizas y obsesivas propias de un narcisista redomado.

                ¿Qué país van a ‘heredar’ nuestros vástagos? Si nuestros antecesores levantaran la cabeza y vieran en qué nos hemos transmutado…

                Sintetizo lo expuesto en el ‘tamujo’ (mata o arbusto utilizado para fabricar ‘escobas’). Las que hagan falta para barrer la inmundicia que prolifera en este santo país nuestro, el que nos han dejado éstos, pero que tenemos que levantar entre todos. ¿Han entendido a dónde ha de ir la ‘diáspora de votos’?

                 En otro orden de cosas comentaré que, agazapado y cobijado tras estas líneas, escudriñando el panorama político desde una atalaya de amplia perspectiva, interesada pero aséptica, donde no prima ni el egoísmo ni la ambición, me quiero dirigir, modestamente, a los triunfadores del 28-M para hacer otra serie de observaciones personales o reflexiones en voz alta. Estamos muy cerca del objetivo, pero hay que atacarlo desde…

  1. la humildad: todavía no se ha ganado nada. Debemos huir de la presunción y no sacar pecho. ¡Aún queda!
  2. la elegancia: no jactarse ni vanagloriarse públicamente, esconder los reproches, sortear las pullas con talante democrático, guardar los improperios, dicterios, insultos u ofensas, no caer en falsas y vacías euforias ni en alardes desmesurados; y por fin, permanecer en la línea del respeto, la moderación y el saber estar.
  3. la discreción: lo hablado y comentado debe quedar sellado. Me viene a la mente una frase del francés Voltaire, quien dijo: “El que revela el secreto de otros pasa por traidor; el que revela el secreto propio pasa por imbécil”.

                 Y no tengo más que decir. Sólo exteriorizar, a modo de palmaria premonición, mi anhelo por ‘ganar’ y ‘cosechar’ todos los éxitos posibles, que serán los míos propios, para ese partido que se presta a recorrer esta trascendental, histórica y vital etapa, que espero sea la definitiva y por la que los españoles de bien y sus familias le estarán eternamente agradecidos: ¡hay que dar el golpe de gracia!

                 Recuerden aquella frase de Charles Dickens: “Nunca sabe un hombre de lo que es capaz, hasta que lo intenta”.

P.D.:  Acabo mostrándoles un precioso y gráfico eslogan recibido por ‘guasap’ que, modestamente, he corregido y que plasma todo lo expuesto.

                 Gracias a TODOS por leerme. ¡Bendita paciencia y hasta siempre!

       Juan de León Aznar – 45256627.X… ilusionado con el 23.VII.2023!


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