Desde que el mundo es mundo se suceden historias, que precisan ser contadas. De personajes, de hechos, de monumentos, de objetos…
Y así nos damos de bruces con Jesús de Nazaret; Platón; Aristóteles; Pitágoras; Alejandro Magno; Aníbal; Publio Cornelio Escipìón, ‘el Africano’; Tutankamón; Julio César; el Cid Campeador, los Reyes Católicos; Cristóbal Colón; Carlos I; Felipe II; Napoleón Bonaparte; Simón Bolívar; William Shakespeare; Miguel de Cervantes; Louis Pasteur; Charles Darwin; Albert Einstein; Alexander Fleming; Adolf Hitler; compositores como Mozart o Beethoven… y un sinfín más de ellos, que podrían completar un excelso listado.
La caída del Imperio Romano; el descubrimiento de América; las guerras: Civil española, Secesión americana, Independencia o las dos Mundiales; el bombardeo atómico de Hiroshima y Nagasaki; el amerizaje en la Luna; la caída del muro de Berlín… son eventos o sucesos que merecen tener presentes y ser recordados.
Y hasta aquí próceres y acaecimientos, pero en el treintaicuatro anecdotario me voy a centrar en una historia apasionante o fascinante: ¡la del SANTO GRIAL!
¿Qué es?:
Es el recipiente usado por Jesucristo en la Última Cena. Mide 17 cm.; su copa, tallada en un gran trozo de ágata, tiene 9 cm de diámetro; y su pie, de forma elíptica, 14 x 16. Lo demás, consta de un fuste con su nudo, sus asas laterales y la montura de la base que es de oro finamente nielado (técnica ornamental). Lleva engastadas 28 perlas del tamaño de guisantes y dos esmeraldas, de las que faltan dos y una, respectivamente.
Historia y recorrido:
Del Cenáculo de Jesucristo fue llevado a Roma por San Pedro y su discípulo San Marcos, a cuya familia, según la tradición antigua, pertenecía la casa en la que el Señor celebró la Última Cena.
Durante la persecución del emperador Publio Licinio Valeriano y siendo uno de sus fines apoderarse de los bienes de la iglesia, San Lorenzo, Primer Diácono o administrador de la iglesia en Roma, distribuyó todo a los pobres; pero el sacrosanto Cáliz del Señor, para salvarlo de la rapacidad de los perseguidores lo envió a Huesca, de donde era natural, con una carta suya, tres días antes de su martirio.
El Santo Grial estuvo allí hasta el 713, año en el que tanto el obispo como los cristianos tuvieron que refugiarse en los Pirineos, huyendo de la invasión de los sarracenos.
La santa reliquia pasó sucesivamente por Yebra (Guadalajara), Siresa y Bailo (Huesca), y Santa María de Sasabe (hoy San Adrián, en Pamplona).
Ramiro I (1006 – 1063) fue el primer rey de Aragón y mandó edificar la catedral de Jaca (Huesca), la más antigua de las existentes en España y la más suntuosa por aquel entonces. Allí debería ser llevada la reliquia; pero, finalmente fue trasladada al Real Monasterio de San Juan de la Peña, con motivo de la adopción de la liturgia romana en Aragón y donde estuvo hasta el 26 de septiembre de 1399.
El rey Martín I de Aragón, ‘el Humano o el Viejo’ (Gerona, 1356; Barcelona, 1410), apoyado por el papa Benedicto XIII y San Vicente Ferrer, consiguió llevar el cáliz a su Oratorio del Palacio Real de la Aljafería de Zaragoza, dando a los monjes de San Juan otro preciosísimo, a modo compensatorio. Al morir el rey, en septiembre de 1410, lo encontramos en el inventario de sus bienes en Barcelona.
El segundo sucesor de D. Martín, Alfonso V, ‘el Sabio o el Magnánimo’ (Medina del Campo, Valladolid, 1396; Nápoles, Italia; 1458) fue quien lo trasladó a su Palacio del Real de Valencia hacia el 1424 y entregado a la catedral de Valencia el 14 de marzo de 1437 por su hermano y lugarteniente D. Juan, rey de Navarra.
De esta catedral tuvo que salir dos veces: una, cuando la Guerra de la Independencia (desde marzo de 1809 hasta septiembre de 1813), en la que peregrinó por Alicante, Ibiza y Palma de Mallorca, huyendo de una posible depreciación por parte de los invasores; y otra, cuando el Alzamiento Nacional (desde el 21 de julio de 1936 hasta el 9 de julio de 1939), estando escondido en la villa de Carlet (Valencia), salvándose de su destrucción o desaparición.
En Roma sirvió de Cáliz Papal y con él celebraban misas los pontífices, hasta San Sixto II.
Notas:
1.- Todos los datos aportados están recogidos en Cf. Man. 136 col. Martín el Humano. Arch. Corona de Aragón, Barcelona.
2.- Diversos autores hacen hincapié en que en la Biblia no se hace ninguna mención a esta reliquia.
3.- La autenticidad del cáliz; es decir, el verdadero, se la disputan 3 localidades:
Génova: Museo del Tesoro de la catedral de San Lorenzo, aunque hoy se estima que se trata de una copia del original.
León: en la Real Colegiata de San Isidoro, con joyas que fueron donadas por Doña Urraca, ‘la Temeraria’ (León, 1081; Saldaña, Palencia, 1126, reina de Zamora e hija de Fernando I, ‘el Magno o el Grande’ (León, 1016 – 1065).
Valencia: hoy se encuentra en la capilla más hermosa de la catedral de Valencia,
recibiendo un culto que cada día va en aumento.
4.- El Santo Grial de esta última capital ha sido reconocido por el Vaticano y un documental de la TV alemana, junto a la doctora en historia del Arte Ana Mafé García, han aportado pruebas que evidencian que es una verdadera ‘copa hebrea de bendición’ de hace más de dos mil años y que pertenecía a una familia judía descendiente de la tribu de Judá.
5.- El poder eterno o la fuente de la vida que, supuestamente, otorgaba esta mística reliquia, hizo que Adolf Hitler enviara en su busca al Monasterio de Montserrat al jefe supremo de las SS de la Alemania nazi, Heinrich Himmler.
Sucedió el 23 de octubre de 1940, ante la sorpresa de los frailes del recinto y del religioso Diego Ripoll, que fue el encargado de atenderle y recibirle, según las investigaciones del escritor Otto Rahn.
6.- El emperador Valeriano, antes citado en la historia, nació sobre el 200 d.C. y murió en Bishapur (Persia) sobre el 260 d.C. Publicó un edicto de persecución, que prohibía el culto cristiano y las asambleas, confiscando los cementerios, ya que eran los lugares donde a menudo se reunían. Fueron martirizados en Roma los papas Esteban y Sixto II, y el niño Tarsicio, conocido como “primer mártir de la Eucaristía”, que contaba 12 años cuando fue martirizado por paganos mientras llevaba la Santa Comunión a enfermos o prisioneros, ya que se negó a entregarla para su profanación.
Todo se reduce, en definitiva, seamos más o menos creyentes, a la fe en alguien o en algo. En el anhelo, el empeño, el tesón o la voluntad por alcanzar una meta, satisfacer un deseo, buscar una ayuda, recibir esperanzas o conseguir un objetivo por complejo que aparente.
En momentos de necesidad o en tiempos difíciles hay que confiar o creer en ese algo para recuperar el camino de estabilidad y bienestar por el que transitábamos antes de que surgieran los obstáculos o las contrariedades, que pensábamos insalvables.
“La fe es creer lo que no ves; la recompensa de esta fe es ver lo que crees”, escribía San Agustín de Hipona (354 – 430); pero, el creador de “El Ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha”, Miguel de Cervantes Saavedra (1547 – 1616), también aportó su punto de vista:
“Fe es la virtud que nos hace sentir el calor del hogar mientras cortamos la leña”.
Juan de León Aznar… felicita a todas las Juanas y Juanes’2024
