Es bien sabido y de sobra conocido que nuestro Castillo de San Miguel está ubicado en la cima del cerro de su propio nombre, que fue un fuerte construido por los fenicios en el siglo VII a.C. y que fue ya en el siglo I d.C. cuando fue fortificado por los romanos
Tres albercas (cisternas) se conservan: dos de la primera época (fenicia) y una correspondiente a la segunda (romana).
Pero, como quiera que fueron los musulmanes los que dejaron más huella en este conjunto, allá por el siglo XI, cuando fue utilizado por la dinastía Nazarí o Nasrí como lugar de recreo o esparcimiento desde el siglo XIII hasta ser expulsados por los Reyes Católicos, es de justicia que conozcamos pormenores y peculiaridades de estos ‘mandamases árabes’, que nos escogieron como residencia y lugar de descanso y ocio.
FAMILIA DE LOS ALHAMARES (DINASTÍA NAZARÍ):
¿Su lema?: “Sólo Dios es el vencedor” y “No hay más conquistador que Alá”, que son las frases más repetidas en la decoración de La Alhambra (yeserías, columnas de mármol, vajilla real, monedas, enterramientos…).
¿Su escudo?: una divisa rectangular acabada en ángulo en la parte inferior y con una banda que lo atraviesa en diagonal (lisa, sin texto o con el lema). Se encuentra en suelos, muros, azulejos y frisos, siendo el rojo el color que prevalece, aunque admite otras tonalidades como el azul, el blanco, el dorado …
Muhammad ubn Yusuf ibn Nasr Al-Hamar, señor de Arjona o “el Hijo del Rojo”, por un antepasado de barba pelirroja, fue el fundador de la dinastía nazarí, llamada así por el epónimo (da nombre a un lugar geográfico o época) del fundador (1194, Arjona, Jaén – 1273, Granada). Sus tierras comprendían Jaén, Porcuna (Jaén) y Arjona (Jaén), a las que sumó Málaga, Guadix (Granada) y Baza (Granada). Cedió a Fernando III Jaén y Arjona y le ayudó en las conquistas de Sevilla, Arcos, Jerez, Medina Sidonia y Niebla, que estaban en poder de los almohades. Tuvo el título de al–Galib bi-llah (“vencedor de Dios”).
Le sucedieron:
Muhammad II, al – Faqih, “el Jurisconsulto”, debido a sus conocimientos jurídicos y religiosos (1235, en la taifa de Arjona, Jaén – 1302, en Granada) y Muhammad III, Abu Abd Allah Muhammad ibn Muhammad, conocido como “al Makhlu” (“el depuesto”) (1257, Granada – 1314, Almuñécar, Granada). Éste último, dado a los estudios, erudito, tolerante y amable, quedó ciego por forzar la vista con cirios. Abdicó obligado en el 1309 en favor de su hermano Nars, conocido como Abdul Yuyus (“usurpador y usurpado”) (1287, hijo de Muhammad II y hermanastro de Muhammad III – 1322, Guadix, Granada), quien fue derrocado y desterrado a Guadix por su primo Abu al – Walid Ismail, Ismail I (1279, Granada – 1325, La Alhambra, Granada), nieto materno de Muhammad II) y que fuera el quinto soberano nazarí.
Ordenó asesinar a Muhammad III, que fue arrojado a una alberca en Almuñécar y reinó diez años y fue muerto de una cuchillada en el cuello por haber raptado a una cautiva cristiana propiedad del jefe árabe (arráez) de Algeciras.
Muhammad IV Faray nació en 1315, subió al trono a los diez años y era primogénito de Ismail. Murió alanceado en Málaga a los 18 en el 1333, tras reconquistar Gibraltar y Algeciras a los meriníes, a los que antes había cedido antes las dos plazas.
Yusuf abul Hachaf (junio – 1318, Granada), hermano del anterior y conocido como Yusuf I. Perdió la batalla del Salado en Tarifa (Cádiz), que supuso la derrota de los benimerines (último reino magrebí que intentó invadir la península), sufrió la peste negra en su reino y murió asesinado por un esclavo loco mientras oraba en la mezquita aljama de la Alhambra (19 de noviembre de 1354, Granada). Durante su reinado se construyó el palacio de Comares e inauguró la Madraza de Granada (primera universidad de la ciudad).
Muhammad V, llamado al Gani-bi-allah (“el satisfecho de Dios”) (1339, La Alhambra, Granada – 1391, Granada) y primogénito del anterior. Cinco años después fue derrocado por su hermanastro Muhammad, conspiración orquestada por una de las mujeres de su progenitor a favor de su hijo Ismail y huyó a Fez, aunque recuperó el trono en 1362 para un fructífero gobierno de tres décadas.
Fundó el Maristán de Granada (1367), primer manicomio europeo, adelantándose cuarenta años al Bethlem de Londres (1403) y al del padre Jofre en Valencia (1404).
Abu al-Walid Ismail ibn Yusuf, Ismail II, fue el noveno sultán (1339, La Alhambra, Granada – 1360, La alhambra, Granada), era el segundo hijo de Yusuf II y reinó desde agosto de 1359 hasta el 28 de junio de 1360. Su cuñado Abú Said, apodado “el Bermeño” porque usaba alheña para el pelo, ordenó que fuese degollado, así como al otro hermano, Qais (ambos ensartados en picas e insepultos). Abú Said fue alanceado por Pedro “el Cruel o Justiciero”, cuando fue a rendirle pleitesía en Sevilla, amén de la decapitación de 37 caballeros y las joyas que portaba como presente.
El décimo soberano fue Muhammad VI de Granada, “el Bermejo” (1332, reino nazarí de Sevilla – 1362, Tablada, Sevilla, reino de Castilla).
Volvió Muhammad V y reinó cuarenta años. Inteligente, magnánimo, noble, generoso, de natural modestia y poco dado al lujo. Aplicaba la justicia con severidad, pero benevolente. Hizo que Granada creciera en cultura, comercio y esplendor. Impulsó la agricultura y la explotación de los yacimientos mineros del reino y favoreció el desarrollo de la industria de la seda y de los tapices.
Le sucedió su hijo Yusuf ibn Muhammad, Yusuf II (1356 -1392), amigo de juergas y francachelas, bebedor empedernido y habitual fumador de hachís. Murió envenenado (aljuba en la ropa).
Muhammad VII, Nubahi Muhammad, segundo hijo del anterior (1392 – 1408), quien desterró a su hermano (primogénito) al castillo de Salobreña. Famélico, ambicioso y presuntuoso decapitó a los franciscanos Juan Lorenzo de Cetina y Pedro Dueñas, que están enterrados en la catedral de Vich.
El decimocuarto soberano Yusuf III (1376 – 1417), “El del ajedrez” o el de “El jaque sin mate”, fue un buen gobernante, pacífico y conciliador. Reinó desde 1408 hasta el 9 de noviembre de 1417 y murió de apoplejía.
Ana María Labarta Gómez, perteneciente a la Universidad de Valencia, nos habla de la documentación encontrada y conservada, relativa a nombramientos, dispensa de pagos de impuestos, contratos de alquiler, compraventa de casas y terrenos, actas de casamiento, testamentos o distribución de bienes. Y nos deja este colosal apunte:
“Papel rojo, tinta negra, un gran sello; un texto que voltea en tres direcciones y lleva al final una frase en grandes letras, también negras, trazadas por su mano. Así eran las cartas árabes de los soberanos nazaríes”.
P.D.: El pasado viernes, 5 de mayo de 2023, con ocasión del partido de Segunda División Deportivo Alavés de Vitoria – Granada Club de Fútbol, escuché al narrador repetir varias veces la expresión ‘equipo nazarí’. Habría que decirle a este buen señor que el equipo de ‘Graná’ es español, andaluz y granadino, que no tiene nada que ver con lo árabe, islámico, mahometano o musulmán… y menos… ¡con aquellos mandamases ‘matacristianos’!
Juan de León Aznar… ¡y todavía no ha llegado el verano’2023!
