La Columna de Don Juan León: “Depende de ti ser inolvidable”


Escribía el italiano Cesare Pavese: “No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos”. Y esos instantes se transforman en anécdotas, que deben ser transmitidas porque forman parte consustancial de nuestras vidas, ya que como dice el doctor mexicano César Lozano: “Cada encuentro con alguien puede convertirse en una anécdota en el futuro. Depende de ti ser inolvidable”

 Y sin más dilación le damos paso a unas entretenidas anécdotas, que conformen este séptimo anecdotario:

     El músico Louis Héctor Berlioz (La Côte-Saint André, Francia, 1803 – París, Francia, 1869) dio un concierto en Viena que obtuvo un éxito sensacional. Una admiradora se le acercó y, estrechándole la mano, le dijo: “Perdone mi osadía, pero quiero acariciar la mano que ha escrito música tan bella”.

     Y como durante todo el rato le tenía cogida la mano izquierda, Berlioz le replicó:

     “Como usted guste señora, pero yo escribo con la otra”.

     En un festival benéfico actuaron la eximia actriz María Ana de Jesús Guerrero Torija, conocida como María Guerrero o María “la Brava”, y la ‘bailaora’ Pastora Imperio. Al terminar esta última su actuación fue felicitada por la primera, que le preguntó si se sentía muy cansada. Pastora respondió:

     “¡Calle ‘usté’! ¡Con lo que el público nos hace repetir! ‘Ustés’, las cómicas, salen, hablan lo suyo y se van tan ‘descansás’, pero nosotras las artistas…”.

     María (Madrid, 18671928) fue una de las mejores actrices de la escena española.

     Pastora, nombre artístico de Pastora Rojas Monge ((Sevilla, 1889 – Madrid, 1979), fue una bailarina gitana y una de las figuras más representativas del folclore flamenco. 

     George Bernard Shaw (Portobello, Dublín, Irlanda, 1856 – Ayot St. Lawrence, Reino Unido, 1950) fue un dramaturgo, crítico y polemista irlandés, que sentía un verdadero pánico al teléfono. Cuando alguien llamaba a su casa, la criada tenía la obligación de contestar:

     “El señor no responde nunca antes de las seis de la tarde”

     Si telefoneaban después la respuesta era: “El señor no responde nunca después de las seis de la tarde”.

     ¿A qué hora puedo telefonear?, preguntaban. “A las seis en punto”, manifestaba la doncella… aprovechando que a esa hora el teléfono estaba descolgado.

     Shaw recibió un día una carta, que contenía una sola palabra: ¡imbécil! Y comentó: “En mi vida he recibido muchas cartas sin firmas, pero ésta es la primera vez que recibo una firma sin carta”.

     Nos ha dejado espléndidas citas como: 

     “Todas las autobiografías son mentiras deliberadas. Ningún hombre es lo suficientemente malo para decir la verdad acerca de sí mismo, de su familia, de sus amigos y de sus colegas”.

     “La libertad supone responsabilidad. Por eso la mayoría de los hombres la temen tanto”.

     Pensaba un joven emprender los estudios de medicina y quiso pedir consejo al escritor, filósofo, historiador y abogado francés François-Marie Arouet, más conocido por Voltaire (París, Francia, 1694 – 1778), que mostraba mucho interés por él:

     “¿Qué vais a hacer?, le dijo el escritor riendo. ¿Vais a meter drogas que no conocéis dentro de cuerpos que aún conocéis menos?

     Anne-Louise Germaine Necker (París, 1766 – 1817), baronesa de Staël, escritora francesa de origen ginebrino y conocida como Madame de Staël se encontró con su médico, el doctor Ravaud, a quien hacía mucho tiempo que no veía: “¡Mi buen doctor Ravaud! ¡Dichosos los ojos! ¿Es cierto que estuvo usted unos días enfermo?”

     “Sí señora; exactamente tres, y de la misma enfermedad que sufrió usted y que me obligó a hacerle tantísimas visitas”.

     ¿Y ha mejorado tan pronto? Dígame, ¿qué ha tomado doctor?”.

     “Nada, absolutamente nada. ¡Se lo aseguro!” … ¡Estos galenos!

     El satírico escritor irlandés Jonathan Swift (Dublín, Irlanda, 1667 1745), autor de “Los viajes de Gulliver” y “Una modesta proposición”, un día le dijo a su criado: “Tráeme las botas”

     Con presteza se las llevó el asistente, pero estaban llenas de barro. La pregunta afloró fácil: “Por qué no has limpiado las botas”.

     “Como sabía que ibais a salir y los caminos están llenos de barro, me ha parecido que era inútil limpiarlas”, respondió el fámulo.

     El escritor no dijo nada, pero al poco rato el sirviente le pidió la llave de la despensa.

     “¿Para qué la quieres?”. “Para sacar comida, aún no he almorzado”.

     “Pues mira: como de aquí a unas horas volverás a tener hambre, no vale la pena de que comas” … ¡y todo aclarado! 

     Tres egregios romanos nos donaron estas joyas políticas:

     Marco Tulio Cicerón, político, filósofo, escritor y orador romano escribió una vez: “Somos esclavos de la ley, para poder ser libres” (“Legum servi sumus est liberi esse possimus”); el cordobés Lucio Anneo Séneca, apodado ‘el Joven’ para distinguirlo de su padre, filósofo, político, orador y escritor, dejó esto para la posteridad: “La ley debe ser breve para que los profanos puedan recordarla con facilidad” (“Legem brevem esse oportet, quo facilius ab imperitis teneatur”; y Gayo o Publio Cornelio Tácito, político e historiador, sentenció: “En un Estado corrupto se hacen muchas leyes” (“Corruptissima republica plurimae leges”). ¿Qué pretendo decir con esta exposición?:

     Que los romanos crearon el Derecho actual, que legislaron, que no dejaron nada por hacer y que nos regiremos durante siglos por lo que ellos dejaron establecido.

     ¡Notable herencia y sobresaliente legado que merecen ser rememorados!
Juan de León Aznar… recordando a nuestros difuntos en este noviembre’2023


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