Especial Columna de Don Juan León | “El origen de nuestras fiestas y de la Virgen de la antigua”


Aunque había anunciado un ‘parón estival’, he decidido ‘castigarles’ con una esporádica aparición, antes de septiembre, con motivo de una fecha tan señalada como es la del 15 de agosto y es que he recordado el antiguo y popular dicho, que conocen, a buen seguro, nueve de cada diez personas, aunque haya ido cayendo, paulatinamente, en el ostracismo:

     “Hay tres jueves en el año que relucen más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christy y el día de la Ascensión”. Con el permiso de ustedes y aprovechando que cae en jueves, me tomo la licencia de cambiar el último de ellos por el de la Asunción, siendo el Papa Pío XII el que definió como dogma de fe la Asunción de María al cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950.

     Esta creencia, de acuerdo con la tradición, es seguida por la Iglesia católica, la ortodoxa y algunas denominaciones protestantes, como la anglicana. El término ‘Asunción’ de la Virgen no debe confundirse con el de ‘Ascensión’, que hace referencia a Jesucristo. 

     Se celebra esta fiesta en honor a María en Oriente desde el siglo VI y en Roma desde el VII.

     Una cita del escritor, teólogo y filósofo cristiano San Agustín de Hipona (354 – 430 d.C.) nos demuestra la fe depositada en nuestra Madre:

     “María fue bienaventurada, porque, antes de dar a luz a su maestro, lo llevó en su seno. María es dichosa también porque escuchó la palabra de Dios y la cumplió; llevó en su seno el cuerpo de Cristo, pero más aún guardó en su mente la verdad de Cristo”.   

     Esta data tiene importantes connotaciones, así es que vamos a escoger tres de ellas como pinceladas históricas y distribuidas cronológicamente. 

     Y empezamos por nuestra Almuñécar, porque este día, pero del año 755 d.C., arribó a nuestra costa Abd Al-Rahman Ben Mu Awiya, “El Inmigrado”, el único Omeya que sobrevivió a la matanza de Abú Futrus en el 750 por los Abasidas, que acabaron con el Califato de Damasco y se establecieron en Bagdad.

     Desembarcó el 15 de agosto de 755 d.C., por Almuñécar acompañado por mil caballeros camino de su destino cordobés, donde se proclamaría emir, fundando el Emirato Independiente de Al-Ándalus y acabando con el Emirato Dependiente de Damasco, que duró hasta el trasvase capitalino.

     Lo cierto es que lo llevó a efecto por la bahía de La Herradura, según el códice anónimo “Kitab Fath Al-Andalus Wa-Umana Iha” del siglo XIII, en el 138 de La Hégira. 

Más tarde lo conoceríamos por Abderraman I y hoy disponemos de un monumento en bronce fundido, cincelado y patinado de casi cinco metros de altura dedicado a su figura en la plaza de San Cristóbal, a los pies del Peñón de “El Santo”, y realizada por el escultor Miguel Moreno Romera.

     ¡Y nos desplazamos a la alicantina Elche! 

     El ‘Misterio de Elche o Misteri d’Elx’ es otro exponente de la trascendencia de la fecha que comentamos. 

     Se trata de un drama sacro-lírico religioso cantado que recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen, se divide en dos actos o jornadas y la obra se escenifica cada 14 (‘Vespra’, ‘Víspera’ o muerte de María) y 15 (‘Mare de Déu’ o entierro, ascensión y coronación) de agosto en el interior de la Basílica de Santa María de la ciudad.

     Su origen es medieval, se remonta a la segunda mitad del siglo XV y ha sobrevivido hasta nuestros días gracias a la bula papal concedida por Urbano II en 1632, ya que se habían prohibido las representaciones en el interior de los templos cristianos desde el concilio de Trento (1545 – 1563).

     La obra ilicitana consta de un total de 259 versos que aparecen distribuidos en estrofas de diversos tipos, siendo las ‘noves rimades’ (cuartetas de versos octosílabos con la secuencia ‘aabb’) las más numerosas. 

     Se trata de la más genuina señal de identidad de la ciudad y fue proclamada por la UNESCO ‘Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad en el año 2001’.

     Y cerramos, volviendo de nuevo a nuestra Sexi almuñequera. 

     Como cada año se celebran las Fiestas Patronales de esta localidad entre los días 9 y 15 de agosto en honor de la Virgen de la Antigua alternándose las actividades lúdicas, deportivas y religiosas, éstas últimas en honor de la Patrona. 

     Esta ceremonia se remonta a 1569, cuando Felipe II logró vencer al noble morisco Abén Humeya o Muhammad Ibn Umaya (1545 – 1569), que siendo regidor de Granada vendió su oficio y se refugió en Béznar, su tierra natal, se autoproclamó rey de Al–Ándalus e intentó desde Las Alpujarras apoderarse del Castillo de San Miguel. Su nombre cristiano era Hernando o Fernando de Válor y Córdoba.

     La imagen que procesionamos es una escultura gótica entregada a Almuñécar por los Reyes Católicos en 1489. Es Patrona de la ciudad desde 1569, alcaldesa Honoraria desde 2010 y fue Coronada canónicamente en 2016.

     La Virgen sale en peregrinación marítimo–terrestre y tras un itinerario por las calles de la ciudad es embarcada en la playa de San Cristóbal, iniciando su recorrido por el mar hasta la playa de Puerta del Mar, mientras se sucede el fabuloso espectáculo  pirotécnico y musical, que sorprenden a los miles de paisanos y visitantes que se agolpan por doquier para presenciar la exhibición acústica y de fuegos desde cualquier punto del trayecto. Verdaderamente, ¡es una delicia! 

“Si Ella te tiene de la mano no te puedes hundir. Bajo su manto nada hay que temer”, es una cita del monje cisterciense francés San Bernardo de Fontaine, conocido como Bernardo Claraval (1090 -1153), que fue abad de esa abadía.

        Juan de León Aznar… les desea las más Felices Fiestas Patronales’2024 


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